Los candidatos haitianos luchan para que el cólera no entre en las urnas

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Según los sondeos, habrá segunda vuelta al no superar ningún candidato el 51% de los votos

23 nov 2010 . Actualizado a las 02:21 h.

Mientras Haití se debate entre la impotencia, el dolor y la muerte, por el terremoto de enero y el cólera, los candidatos a las elecciones presidenciales y legislativas del domingo apuran los últimos días para lograr que los alrededor de 4,7 millones de electores dejen el escepticismo y escojan su papeleta. Según las encuestas, que hay que tomar con mucha precaución, ninguno llega al 51% (se quedan en el 16%) de intención de voto, lo que obligará a celebrar una segunda vuelta por primera vez en la historia haitiana. Pero tienen clara la importancia de la cita, ya aplazada en febrero, y que en el país hay otra enfermedad latente, reventar la democracia.

La primera fase de la campaña de los 19 candidatos a la presidencia fue «silenciosa», como mandan las normas, sin actos públicos. Ahora es la de difusión de mensajes y graves acusaciones, como la lanzada por Jacques Edouard Alexis, ex primer ministro con el presidente René Préval, de que el Gobierno ha repartido armas. Y hay quienes, como cuatro candidatos de los peor situados en los sondeos, pidieron suspender los comicios y dedicarse a la lucha contra el cólera. En unos días vendrán las alianzas de candidatos.

En los sondeos parte como favorita una mujer, Mirlande Manigat, del Agrupamiento de los Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP), con un 16% de los sufragios. Es partidaria de la salida gradual de las fuerzas de la Minustah (la misión de las Naciones Unidas), y defiende la iniciativa privada para modernizar el país. Además de haber sido la primera dama, tiene un currículo de peso: profesora de universidad, parlamentaria y muy respetada. Su problema, si llega al palacio presidencial, es que no tiene candidatos al Senado ni al Congreso, por lo que tendría que dirigir el país sin contar con mayoría en ninguna de las dos Cámaras. Ayer se le sumó Axan Abellard, de Convite Nacional para el Desarrollo de Haití, cuya candidatura carecía de posibilidades.

El segundo candidato mejor posicionado es el del oficialista Inite, Jude Célestin, (centroizquierda) que obtendría un 14%. Este ingeniero, prácticamente desconocido hasta hace poco, era el responsable de gestionar las grandes obras públicas. Tras el terremoto de enero, se le encargó la reconstrucción. Su campaña es de las que cuentan con más medios y apoyo. Sus detractores lo acusan de una gestión pésima de la reconstrucción. A diferencia de Manigat, lo tendría más fácil para gobernar, pues su grupo presenta 92 candidatos al Congreso y 11 al Senado. Además, cuenta con una decena de senadores en funciones.

En tercer lugar, según los sondeos, está Respeto, de Charles Henry Baker, con un 12,5% de las papeletas. Liberal en lo económico y conservador en lo social. Podría aliarse con Manigat.

La baza de Aristide

Y si el Consejo Electoral Provisional excluyó de la listas, entre otros, al partido Familia Lavalas, del ex presidente Jean Bertrand Aristide, en el exilio en Sudáfrica desde febrero del 2004, su admirador Jean-Henry Céant figura ahí para echarle una mano. Y ya está entre los cinco mejor situados, pese a que ni sus compañeros empresarios lo apoyan. Conoce bien los entresijos de la política y fue el primero en entrar en campaña. Presenta 7 candidatos al Senado y 43 al Congreso.

Al cantante Michel Martelly no se le veía venir, dicen en Haití. Pero su popularidad lo ayuda a estar entre los cinco del pelotón de salida, con 15 candidatos al Congreso.

Por último, Alexis, ex primer ministro con René Préval, obtendría un 7% de los votos. Había sonado como candidato oficialista, pero algunas discrepancias lo llevaron a presentarse por su cuenta. No sería de extrañar que este progresista moderado acabase situándose del lado de Célestin. Ayer admitió que «Haití no podrá realizar las elecciones en condiciones normales», pero tiene claro que Préval tiene que irse el 7 de febrero.