La OTAN sacrifica cuatro cuarteles generales y a 3.500 funcionarios

Fernando Heller BRUSELAS/DPA.

INTERNACIONAL

Obligada a reducir gastos, fusionará sus catorce agencias para dejarlas en tres

15 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La OTAN no es inmune a la crisis económica que sufren gran parte de sus socios: los ministros de Defensa y de Exteriores de los 28 países de la Alianza decidieron ayer apretarse el cinturón y reducir el número de cuarteles generales y agencias al servicio del pacto defensivo para bajar gastos. La nueva divisa es hacer más, con menos.

Se trata de una medida draconiana, que, según apuntan expertos de defensa en Bruselas, no debería suponer que los socios renuncien a contar con sistemas de protección y seguridad eficaces: una especie de seguridad y defensa occidental de bajo coste. En ese sentido, los países aprobaron la recomendación del secretario general, Anders Fogh Rasmussen, que persigue reducir los cuarteles de los once actuales a siete y fusionar sus catorce agencias en tres, dentro de su plan estratégico y de ahorro para los próximos diez años.

Muestra de que los tiempos de la austeridad también afectan a la partida de defensa es que la iniciativa de Rasmussen prevé recortar el número de funcionarios de los actuales 12.500 a menos de 9.000. El interrogante de qué sedes se verán afectadas por la reducción se esclarecerá más adelante.

Uno de los cuarteles casi simbólico de lo que representa la Alianza, el de Norfolk, en Virginia (EE.?UU)., no debería ser «sacrificado», pidió el ministro francés de Defensa, Hervé Morin. No obstante, la decisión final sobre dónde se aplicarán los recortes se dará a conocer en la gran cumbre que la Alianza celebrará los días 19 y 20 de noviembre en Lisboa, con presencia de Barack Obama.

Uno de los objetivos de este programa de adelgazamiento emula lo que se suele llamar mejor asignación de recursos en la gestión de empresas: las sumas que se ahorren en recortes de personal y en cuarteles se podrían destinar al establecimiento del escudo de defensa antimisiles que defiende Rasmussen con ardor.

El anuncio del duro plan de ajuste empañó en cierta manera otro de los grandes temas sobre la mesa: el nuevo concepto estratégico que quiere la Alianza para el siglo XXI. Se persigue afrontar los nuevos retos, como la guerra cibernética, los ataques de los piratas informáticos o la piratería en aguas de Somalia, pero con menos recursos. La pregunta es si esa cuadratura del círculo será posible.

Los ministros de la Alianza pasaron gran parte de la mañana debatiendo sobre qué tipos de equipo y material se necesitará para asumir los nuevos riesgos. Rasmussen apuesta por la creación de un amplio escudo antimisiles balísticos, además de reforzar la capacidad de la OTAN para hacer frente a ataques en Internet.

La amenaza de ataques con misiles existe, así como «la capacidad para defendernos y los costes son asumibles», comentó el danés. También afirmó que la Alianza Atlántica está dispuesta a apoyar un diálogo con los talibanes, pero advirtió que eso no implica dejar las operaciones militares en Afganistán.