Obama, en guerra contra todos para salir de Afganistán

Tatiana López NUEVA YORK/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Un libro de Woodward es otro revés para un Gobierno bloqueado por la oposición

23 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Golpes bajos, zancadillas, insultos... La dura lucha que se libró en las altas esferas de la Administración Obama sobre la estrategia en Afganistán fue mucho mayor de lo que se conocía hasta ahora, y todavía sigue. Así lo desvela Bob Woodward en su libro Las guerras de Obama . El célebre periodista que destapó el Watergate relata los apuros de Barack Obama para conseguir su objetivo, pese a la oposición de estrategas y asesores: salir lo más rápido posible de Afganistán. «Quiero una estrategia de salida» y «no voy a estar allí diez años», fueron algunas de sus consignas a miembros del Gobierno, como Robert Gates, Hillary Clinton o Joe Biden.

«Insectos» y «mafia» fueron algunas de las palabras que dedicó a sus detractores el asesor de seguridad del presidente, James Jones. Biden no fue menos diplomático cuando calificó al enviado especial en Afganistán, Richard Holbrooke, como «el mayor bastardo egoísta que he conocido jamás». Mientras, el general David Petraeus se ufanaba ante su gente de que el Gobierno no podía «vapulearlo».

En el libro se recoge además que la CIA posee en Afganistán un ejército secreto de más de 3.000 mercenarios y que el presidente afgano, Hamid Karzai, es un maníaco depresivo que toma medicación diaria.

Bloqueo republicano

Las guerras de Obama es también el ultimo disgusto de un presidente que afronta el bloqueo en el Congreso a sus leyes por parte de los republicanos, a la espera de las elecciones de noviembre. La oposición ha convertido el inmovilismo en su nueva estrategia electoral y desde hace semanas rechaza en bloque cualquier propuesta de los demócratas, la ultima de ellas el llamado Dream Act. Esta ley, que permitiría a los estudiantes indocumentados residentes en EE.?UU. obtener la ciudadanía a cambio del servicio militar, fue rechazada el martes por 60 a 56 votos, después de que los republicanos votaran masivamente en contra. La misma suerte había corrido la propuesta de acabar con la ley de Don't ask, don't tell y que impide a los soldados homosexuales servir abiertamente en el Ejercito.

«Se ve que no vamos a poder aprobar ninguna ley antes de las elecciones al Congreso», se lamentaba el presidente en una entrevista de televisión.

Tampoco ayuda la reciente dimisión de varios asesores económicos de la Casa Blanca, el más importante de ellos Larry Summers, arquitecto del plan de estimulo económico de Obama y que el martes anunció su retirada para finales de año.

La salida de Summers supone el fin de una época dominada por el liberalismo económico y que podría dar paso en Estados Unidos a medidas más populistas que ayuden a Barack Obama a ganarse el favor de los votantes.

Por último, ni siquiera la famosa reforma de la seguridad social, y que Obama promociona desde ayer por varios hogares del país, goza estos días de inmunidad en el Congreso, donde los republicanos pretende boicotear su aplicación negándole los fondos necesarios.