Obama refuerza la frontera con tecnología militar

Mercedes Gallego

INTERNACIONAL

Dos de los famosos aviones espía patrullarán desde ahora la frontera con México.

13 ago 2010 . Actualizado a las 23:02 h.

Dos de los famosos aviones espía que EE UU ha popularizado en las regiones remotas de Irak y Afagnistán patrullarán desde ahora la frontera de EE UU con México. Es sólo una de las muchas medidas que firmó hoy Barack Obama para apagar el clamor de Arizona. Tan acalorado está allí el ambiente que los senadores interrumpieron el jueves su receso vacacional para aprobar la ley que proporciona 600 millones de dólares y 1.500 nuevos agentes, además de los 1.200 soldados de la Guardia Nacional que ya están llegando.

«Desde que asumí el cargo, hice de la seguridad en la frontera sudoeste una de mis principales prioridades», declaró el mandatario, necesitado de votos en las elecciones legislativas de noviembre. Pocos le compraron este galardón que se atribuía. Las encuestas revelan que los hispanos que le auparon hasta la Casa Blanca están decepcionados ante la falta de una reforma migratoria.

A la derecha, el Partido del Té se ha apuntado a las jugosas batallas de ánimos caldeados en que suele sacar partido. Y es que si no hubiera podido aprovechar la reforma sanitaria y toda la ira que levantó probablemente la formación no estuviera hoy en primer plano.

El domingo sus seguidores se manifestarán en la frontera aprovechando la hospitalidad que le prestará con sus tierras un ranchero vecino de Rob Krentz, cuyo asesinato en marzo pasado propició la expedita aprobación de la ley antimigración SB1070. El acto servirá también para apoyar la candidatura al Senado de J.D.

Hayworth, un político de extrema derecha que aspira a derrotar al ex candidato presidencial John McCain en las primarias del partido republicano a final de mes. Su retórica antiinmigración ha forzado a McCain a retractarse de sus apoyos previos a una reforma migratoria y retratarse como un duro frente a la inmigrantes.

Quienes les apoyan argumentan que el embudo de Arizona ha disparado la delincuencia. Por los desiertos de este estado entra el grueso de los inmigrantes ilegales que llegan a EE UU, y en ellos también perece la mitad de los que mueren por el camino.

Aunque los rancheros constatan que el narcotráfico acapara la lucrativa ruta de los coyotes para colocar de paso mochilas de marihuana, las estadísticas no reflejan la misma realidad.

El asesinato del ranchero Krentz en marzo fue el primero que se producía en la frontera de Arizona en más de 30 años. Phoenix es, según el FBI, una de las cuatro grandes ciudades más seguras del país, junto con San Diego, El Paso y Austin, todas ellas en estados fronterizos. Y los condados fronterizos del suroeste donde el Tea Party llevará a cabo su protesta han visto decaer los crímenes violentos más de un 30% en las últimas dos décadas.

Por eso el grupo pro inmigrantes de Acción Fronteriza había pedido a Obama que vetase la ley aprobada expeditamente «por políticos ajenos a la realidad de la frontera», dijo su directora ejecutiva Jennifer Allen. «Estudios recientes demuestran que estas áreas de la frontera están entre las más seguras del país. En vez de dedicar los recursos a buscar soluciones reales para los problemas que han traído políticas fronterizas fallidas, la ley debilita nuestra seguridad nacional y enemista a las comunidades de la frontera. El presidente, como nuestro líder más alto en la nación, debería saber que esto no es lo que la frontera necesita».