Abatido a tiros en Guadalajara el número tres del cartel de Sinaloa

La Voz MÉXICO/AGENCIAS.

INTERNACIONAL

Era el operador financiero del grupo y controlaba la ruta de la cocaína en el Pacífico

31 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ignacio Coronel Villarreal, alias el Nacho , también conocido por los apodos de El rey del Cristal y Cachas de Diamante , murió el pasado jueves de dos disparos durante un enfrentamiento con soldados del Ejército, en una de sus residencias, en las colinas de San Javier, un lujoso barrio de la zona metropolitana de Guadalajara, en el estado de Jalisco, según confirmó el Ministerio de Defensa de México.

Coronel estaba considerado como el número tres del poderoso cartel de Sinaloa, detrás de Joaquín, el Chapo Guzmán y de Ismael Mayo Zambada.

Era uno de los capos más buscados, tanto en México como en Estados Unidos. Su país ofrecía una recompensa de 2,5 millones de dólares por su captura, y las autoridades norteamericanas, que lo acusaban de traficar con grandes cantidades de drogas químicas, además de controlar la ruta del Pacífico de la cocaína hacia el norte, ofrecían otros cinco millones de dólares por su cabeza. También se le consideraba el operador financiero del cartel y era responsable de sus actividades en la ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco.

En menos de una década, el Nacho , que empezó su carrera delictiva en los noventa con el máximo capo mexicano Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, había logrado convertirse en uno de los capos de Sinaloa, al combinar su pericia para el manejo de las rutas con las buenas relaciones familiares.

La muerte de Coronel Villarreal es la mayor baja sufrida por el poderoso cartel de Sinaloa durante el Gobierno de Felipe Calderón y el mayor golpe al narcotráfico mexicano desde la de Beltrán Leyva, en diciembre pasado.

Los expertos valoran el golpe dado a la organización delictiva con cautela. «Esto va a tener un impacto temporal en el mercado de las anfetaminas. Alguien va a terminar por ocupar su lugar», dijo el analista Alberto Islas, que calificó la noticia de «una victoria a medias».

El académico Pablo Monsalvo, experto en temas de seguridad, advirtió en declaraciones a Efe que esta muerte puede desatar una violenta reacción de los compañeros de Coronel. Eso sucedió cuando murió Beltrán Leyva.