Un abogado desvela la intrusión de Sarkozy en el caso Bettencourt

Gabriela Calotti PARÍS/AFP.

INTERNACIONAL

El letrado de la hija de la heredera de L'Oréal pone en duda la independencia judicial

23 jul 2010 . Actualizado a las 02:17 h.

El abogado de la hija de la heredera de L'Oréal, Olivier Meztner, abrió ayer el debate sobre la independencia de la Justicia de su país al denunciar «la intrusión» del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el caso que enfrenta a Liliane Bettencourt, la mujer más rica de Francia, y a su única hija, Françoise. Según el letrado, un reconocido penalista financiero, «el presidente ya demostró en el caso Clearstream su intromisión permanente, y acá se ve nuevamente a un presidente que querría ocupar el lugar de los jueces».

Metzner fue uno de los defensores del ex primer ministro Villepin, absuelto tras ser acusado por Sarkozy de instigar una conjura para frenar su carrera a la presidencia. Asegura que no es un «abogado anti-sarkozysta» y que su único objetivo es proteger a Liliane Bettencourt, pues está en «peligro».

El caso Bettencourt arrancó con una demanda de Françoise Bettencourt contra François Marie Banier, un fotógrafo protegido de la millonaria, por «abuso de la debilidad» de su madre para recibir unos 1.000 millones de euros en donaciones. El asunto familiar alcanzó dimensión política tras conocerse grabaciones clandestinas de Bettencourt con sus allegados, entre estos su gestor financiero, en las que se habla de evasión fiscal, de la intromisión del Elíseo en la causa que la enfrenta a su hija y del papel del fiscal de Nanterre Philippe Courroye, y de los vínculos con el ministro de Trabajo, Eric Woerth y su esposa.

Meztner teme que Courroye, que como todos los fiscales depende del Ministerio de Justicia y cuya cercanía a Sarkozy es públicamente conocida, archive las investigaciones preliminares que «sigue manteniendo en sus manos sin confiarlas a un juez independiente».

«No soy hombre que ceda a las presiones», afirmó Courroye en una entrevista al diario Le Figaro, al que no responde cuando se le pregunta por qué no transmite las grabaciones clandestinas a la jueza Prevost. «Manifiestamente, las condiciones del ejercicio de una justicia serena ya no están reunidas en el tribunal de Nanterre», afirma esta semana en un editorial Le Monde al hablar de la rivalidad entre el fiscal y esa magistrada.

Como desde hace semanas vienen haciendo dirigentes de la oposición, ese rotativo afirma que «la Justicia solo podrá recuperar su credibilidad confiando el asunto a un juez de instrucción, independiente de todo vínculo jerárquico con el poder». Más de 29.000 firmas, entre las que hay figuras de la oposición y magistrados, respaldaron un llamamiento por una «justicia independiente e imparcial en los casos Bettencourt» lanzado por el sitio de Internet independiente Mediapart, que divulgó las grabaciones clandestinas que revelaron el escándalo.