Los islamistas somalíes amplían a Uganda su actividad terrorista

Ben Simon KAMPALA/AFP.

INTERNACIONAL

Con 74 muertos, el doble atentado del domingo es el más mortífero en África oriental desde 1998.

13 jul 2010 . Actualizado a las 19:23 h.

Fueron al menos 74 las personas que murieron el domingo por la noche en un doble atentado contra dos restaurantes que transmitían la final del mundial de fútbol en Kampala, la capital de Uganda. Los ataques, reivindicados por los islamistas somalíes Al Shabab, son los más mortíferos cometidos en África oriental desde los lanzados contra las embajadas estadounidenses de Nairobi y Dar es Salaam por suicidas de Al Qaida, que costaron la vida a más de 200 personas el 7 de agosto de 1998.

Las bombas estallaron el domingo por la noche en un restaurante etíope del sur de la capital ugandesa y en un club de rugbi del este de la ciudad mientras mucha gente seguía por televisión la final del Mundial de fútbol entre España y Holanda. Los primeros elementos de la investigación apuntan a que los artefactos pudieron haber sido detonadas por dos kamikazes, aunque no se descarta que estuviesen colocados bajo los asientos del público.

En el principal hospital de Kampala, hinchas de fútbol buscaban a familiares desaparecidos, mientras que otros, atendidos por los médicos, comenzaban a darse cuenta de que habían escapado a la muerte. Con su camiseta manchada de sangre, Collins Zziwa recorría el pabellón donde se encuentran los heridos en busca de un amigo «que no aparece».

Pocas horas antes, el joven, de 25 años, se encontraba con un grupo de amigos frente a una pantalla gigante en el club de rugbi de Kampala. Zziwa contó que, pocos minutos antes del fin del segundo tiempo, se escucharon una o dos explosiones, que transformaron la fiesta en una carnicería: jóvenes y adultos con sus cuerpos ensangrentados yacían en el suelo mientras que otros, con los rostros desfigurados, estaban inertes en sus sillas plásticas.

Al menos quince de los muertos son extranjeros, uno de ellos estadounidense, afirmó la embajada de este país en Kampala.

Estamos en guerra

Los insurgentes somalíes de Al Shabab reivindicaron ayer el doble atentado. «Somos responsables de este ataque porque estamos en guerra con ellos», declaró su portavoz, Alí Mohamud Rage, en Mogadiscio. «Habíamos advertido a los ugandeses de que se abstuvieran de cualquier acción [en Somalia]. Nos hemos dirigido a sus dirigentes y al pueblo [ugandés], y nunca nos han escuchado», añadió.

Uganda fue el primer país en contribuir en marzo del 2007 a la fuerza de la Unión Africana que se halla desplegada en Somalia (Amisom) y que está integrada por 6.000 hombres, burundeses y ugandeses. Los shabab, que controlan la mayor parte de Somalia, consideran que se trata de una fuerza de ocupación.

Según explica Eva Krawczyk, de la agencia DPA, el lugar y el momento que han elegido para realizar los atentados, durante la final del Mundial, no parece casual. Los atacantes estaban seguros de que provocarían un gran número de víctimas. Pero, además, habían prohibido el fútbol por considerarlo «antiislámico» y allí donde tienen capacidad de hacerlo detuvieron a varias decenas de personas que estaban viendo los partidos de forma clandestina.

Los representantes de la ONU en Nairobi, que intentan estabilizar Somalia desde Kenia, se mantuvieron ayer moderados al valorar lo ocurrido. «Si realmente hubiera una relación con Somalia, existiría la amenaza de una internacionalización del conflicto», advirtió un experto en seguridad.

Los insurgentes de Al Shabab ya actúan desde hace tiempo a nivel internacional: en sus filas hay jóvenes estadounidenses o británicos de origen somalí y además cuentan con aliados en Pakistán, Afganistán o el Yemen.

Según Efe, miles de somalíes tienen negocios en Kampala y en otras ciudades de Uganda, mientras que decenas de miles de refugiados que huyeron de la guerra civil en Somalia han sido acogidos en campamentos en regiones del territorio ugandés.