La Haya da la razón a Uruguay en la lucha con Argentina por la celulosa

Fernando Heller? / ?DPA*+A.?B.? / ?Corresponsal

INTERNACIONAL

Los jueces afirman que Montevideo faltó al acuerdo de informar de la construcción de la planta al país vecino

21 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (TIJ) dictaminó ayer que la papelera de Botnia sobre el río Uruguay respeta las normas medioambientales internacionales y que Argentina «no ha podido demostrar» que produzca contaminación de forma sistemática, por lo que ha desestimado la reclamación de indemnizaciones.

El tribunal aseguró, sin embargo, que Montevideo violó el tratado binacional al no informar antes a Buenos Aires de su intención de aprobar la instalación de la planta finlandesa y de un puerto.

Uno de los puntos más candentes -y esperados con ansiedad en Argentina- era si el órgano de las Naciones Unidas exigiría a Uruguay que desmantelara la planta de procesamiento de celulosa, extremo que el TIJ no consideró necesario, dando así la razón a Montevideo en un litigio de más de tres años de duración que ha contaminado las relaciones entre ambos países.

El tribunal sí admitió que, de manera puntual, en algunos momentos, la planta de Botnia ha podido sobrepasar los límites medioambientales tolerados según las normas internacionales en la materia, aunque -insistió- no se puede inferir que la pastera finlandesa (ahora UPM) haya «sistemáticamente» contaminado.

La planta, instalada en el 2005, genera un importante volumen de riqueza en la región de Fray Bentos, muchos de cuyos trabajadores están empleados allí. E incluso algunos informes uruguayos hablan de que el PIB del país se ha beneficiado.

El resumen apretado de la sentencia es de empate técnico. Uruguay violó «sus obligaciones sustanciales» del tratado binacional con Argentina sobre el río Uruguay (de 1975), al que la planta de Botnia vierte sus residuos, porque no «informó antes» a Buenos Aires sobre su decisión de conceder permiso para la instalación de la procesadora. Pero la industria no generó niveles de contaminación «suficientemente constatables» sobre el río que hayan podido poner en peligro al ecosistema local.

Cooperación necesaria

Además, el TIJ ha puesto a Buenos Aires y a Montevideo en el compromiso de arreglar sus diferendos entre ellos, mediante la CARU (la Comisión Administradora del Río Uruguay), que gestiona las relaciones binacionales en ese punto.

«El tribunal coloca a las partes bajo la condición de cooperar a fin de asegurar la cooperación en ese sentido», señala la sentencia, inapelable y vinculante.

Tanto el mandatario uruguayo, José Mujica, como la argentina Cristina Fernández aseguraron que acatarán el fallo con el máximo respeto, y ya se espera una reunión para las próximas semanas.