Las críticas por la gestión del seísmo empañan la popularidad de Bachelet

La Voz

INTERNACIONAL

La falta de aviso del tsunami provoca una agria polémica entre la Oficina Nacional de Emergencia y la Marina

04 mar 2010 . Actualizado a las 02:04 h.

La calma y la ayuda comenzó a llegar ayer a los sectores más afectados por uno de los peores terremotos de Chile. «Es el momento de ponerse de pie y reconstruir las zonas devastadas», declaró ayer la presidente Michelle Bachelet, que reconoció que el seísmo y el tsunami generaron un daño generalizado en el sector productivo, mencionando como sectores afectados la agricultura, pesca, comercio, turismo, minería, industria y construcción. Además de valorar los daños, la presidenta, que antes del terremoto gozaba de un apoyo popular del 84%, tuvo que defenderse de las críticas por su gestión en los días posteriores al terremoto.

«Somos todos generales después de la guerra», dijo la mandataria al ser preguntada sobre la supuesta lentitud con la que su Gobierno ha actuado. También negó haber rechazado las ofertas de ayuda exterior.

Pero el mayor error fue sin duda el que la Marina asegurara al país que no había riesgo de tsunami. Solo una hora después, olas de hasta nueve metros hicieron desaparecer decenas de pueblos y arrasaron localidades como Dichato, Cobquecura, Constitución o Pelluhue, así como el archipiélago de Juan Fernández. El tsunami generó la mayoría de los casi 800 muertos y los más grandes estragos.

Las declaraciones cruzadas entre la Marina y la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) mantienen viva la polémica por no declarar la alerta de tsunami. El domingo, el ministro de Defensa, Francisco Vidal, admitió que el cuerpo miliar cometió un error, que ayer Bachelet atribuyó a los problemas de comunicación propios de una tragedia.

La Marina ha insistido en que la advertencia fue dada a tiempo, pero la Onemi la acusa de haber descartado un posible maremoto «en tres oportunidades». «Fuimos poco claros en la información que le entregamos [a la presidenta], cuando ella llamó, a las 5.15 horas [9.15 en España] para preguntar si se mantenía o no la alerta» de maremoto, dijo el comandante en jefe de la Armada, Edmundo González, y consideró que ello motivó que finalmente la Onemi no la declarara.

Comienza a llegar la ayuda

Bajo la mirada de miles de soldados, la ayuda alimentaria comenzó a llegar a las zonas devastadas, con lo que el Gobierno espera desactivar la explosiva situación que se tradujo en violencia, saqueos y descontento.

En la entrada de Concepción, epicentro del seísmo, camiones con toneladas de provisiones se concentraban ayer bajo vigilancia militar, mientras se organizaba el reparto en una ciudad asolada por los saqueos y que ha reclamado durante cuatro días que se le entregue alimento.

La calma fue interrumpida cuando nuevas réplicas del terremoto provocaron rumores de tsunamis y desataron escenas de pánico.

En su alocución en el palacio presidencial, Bachelet reconoció al sector empresarial el esfuerzo realizado para el restablecimiento de los servicios básicos, en especial la electricidad, y llamó a cuidar los puestos de trabajo. «No queremos que a este drama se sume el desempleo», indicó. El Banco Santander anunció ayer un plan de ayuda de 2.785 millones de euros.