Tres escenarios posibles para solucionar la crisis

Ángela Rodicio

INTERNACIONAL

12 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Estos son los tres escenarios para Irán que se estudian en Bruselas y en la Casa Blanca.

1.- El escenario iraquí. El régimen se derrumba, el país se vuelve ingobernable. Eso repercutiría en los dos países vecinos de Irán: Irak y Afganistán. Lo que los expertos denominan «inseguridad permeable» traspasaría las fronteras del régimen de los ayatolás y no se descartarían posibles alianzas entre las derrocadas fuerzas de élite iraníes con sectores de Al Qaida o similares. En definitiva, una pesadilla que todo el mundo quiere evitar, aun a costa de dejar sola a la oposición iraní. Como se vio ayer, es difícil que puedan conseguir imponerse cuando deben afrontar un océano de represión y medidas que pasan por el seguimiento de todas las líneas de telefonía móvil y de Internet.

2.- El escenario de Corea de Norte. Con exhaustivas sanciones, encaminadas a asfixiar las finanzas de las fundaciones ligadas a los sectores duros del régimen, empezando por los Guardianes de la Revolución, un estado dentro del Estado, de modo que el país quedaría aislado, con sus veleidades nucleares, más para el consumo interno, como es el caso de Corea del Norte.

Más un peligro hipotético que real, las amenazas nucleares de Ahmadineyad serían la excusa para establecer un cordón sanitario que dejaría Irán alejado de la comunidad internacional, y a esta obligada a cortar casi todo tipo de relaciones. La gente se sentiría traicionada y el descontento se haría más profundo.

3.- Transición como en China. Conservando las esencias del régimen islámico, este escenario, que tanto Bruselas como Washington prefieren en estos momentos, planea deshacerse, a corto plazo de Ahmadineyad, quien cuenta con poderosos aliados entre los sectores duros del régimen, pero también con potentes enemigos. El presidente radical se ha convertido en la bestia negra de Occidente y de los reformistas. Si este desapareciera, unos y otros podrían interpretarlo como una cesión o una victoria, según se mire. Más a largo plazo, también se estudia la sustitución de Alí Jamenei, que, sin embargo, convivió con líderes más moderados como Mohamed Jatamí.

Lo que está claro es que las víctimas, una vez más, son civiles. Empezando por los 50 millones de iraníes, menores de 30 años, que no se pueden sentir seguros ni siquiera cuando escriben un correo electrónico o envían un SMS.