Rafael Correa se desmarca de Chávez y no critica la actitud de EE.UU en Haití

La Voz

INTERNACIONAL

Un diputado mexicano pidió marcar con tinta a las víctimas porque «son negros y se parecen tanto»

30 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Rafael Correa, presidente de Ecuador, país que forma parte de la alianza bolivariana liderada por Hugo Chávez, se desmarcó ayer de este y de sus pares de Bolivia y Nicaragua, Evo Morales y Daniel Ortega, al calificar como intrascendente la discusión sobre la presencia de tropas estadounidenses en Haití. Según dijo tras llegar a la capital haitiana, «en este momento lo más importante es que cuanta más ayuda mejor». Ello desentona de las acusaciones vertidas por sus socios, que habían calificado el despliegue norteamericano como una ocupación militar.

Los máximos representantes de la diplomacia francesa y estadounidense, Bernard Kouchner y Hillary Clinton, admitieron ayer fallos de coordinación en la asistencia a Haití. Fue la manera que encontraron de saldar las diferencias entre los dos países que surgieron en los primeros días de la catástrofe y de caminar con el mismo paso hacia la conferencia de donantes. Tanto el ministro francés de Exteriores como la secretaria de Estado aludieron a la misión «imposible» que planteó, por su magnitud, el terremoto a la hora de coordinar la ayuda de emergencia.

La jornada dio lugar a dos escándalos. En México, un congresista de izquierda tildó a los damnificados como «abusivos insaciables», entre otros comentarios de tinte racista. Ariel Gómez, del Partido de la Revolución Democrática, tercera fuerza política mexicana, declaró en un programa de radio que «como todos son negros y se parecen tanto habría que marcarlos con una tinta indeleble para que no se les repita la ayuda».

Por otra parte, Puerto Rico se vio sacudido con la publicación en varios portales electrónicos de fotos de médicos de ese país posando con armas de fuego, bebidas alcohólicas y profilácticos, tomadas mientras participaban en una misión de ayuda a víctimas en un hospital en Jimaní.

La FAO reclamó una ayuda de 700 millones de dólares para poner a andar la devastada agricultura haitiana. La UNESCO pidió prohibir el comercio de arte de Haití para proteger su patrimonio.