El terremoto ha dado un empujón decisivo a la unificación de La Española. La República Dominicana se está volcando para ayudar a sus vecinos de Haití. Los convoyes de ayuda internacional y periodistas del mundo quieren entrar en el infierno desde la frontera común. Miles de haitianos hacen el camino inverso buscando atención sanitaria y atestando la red hospitalaria dominicana.
El seísmo se sintió en toda la isla pero sin daños para los dominicanos, quienes superada la conmoción del momento, fueron los primeros en enviar ayuda. Más de 400 dominicanos trabajan rescatando supervivientes codo a codo con los haitianos. Sus autoridades estiman que un centenar de nacionales habrían muerto en el seísmo.
Caravanas
Desde el primer momento, enviaron medicinas, agua y alimentos por carretera. Las caravanas partían desde La Fortaleza, en Jimaní, y de Malpasse y Croix de Bouquets. Una semana después, el territorio dominicano sigue siendo la base a la que llega por aire o mar la ayuda que no puede arribar en Puerto Príncipe. En estas poblaciones fronterizas se levantan centros de acopio.
También fue el presidente dominicano Leonel Fernández el primer mandatario extranjero en viajar a Puerto Príncipe para comprobar la magnitud de la tragedia. El presidente haitiano, René Preval, agradecía la colaboración y destacaba: «este terremoto, que tanto daño hizo, sirve para demostrar qué tipo de colaboración es la que debemos tener los dos países».
Suspicacias
Sin embargo, el conflicto y la desconfianza marcaron las relaciones bilaterales desde los tiempos de las colonias hasta los años 80. Las dictaduras de Trujillo y los Duvalier azuzaron la confrontación.
Actualmente ambas naciones son miembros de organizaciones internacionales, como la Comunidad del Caribe, que buscan la integración económica y comercial. No obstante, existen suspicacias por el tratamiento del terma migratorio y por el creciente intercambio comercial fronterizo.