Barack Obama pierde en un año 17 puntos de popularidad

Tatiana López

INTERNACIONAL

La crisis económica le pasa factura como hizo en su día a Reagan y Ford

20 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue un día para la historia. El 20 de enero del 2009 casi un millón de personas colapsaron el Capitolio para ver la toma de posesión de Barack Obama. El 44 presidente de EE.?UU. entraba entonces en el Despacho Oval acompañado de unas expectativas sin precedentes y con una aprobación en los sondeos cercana al 70%. Un año después, sin embargo, su nivel de aceptación roza apenas el 50%, mientras que el número de personas que desaprueban su gestión se ha multiplicado por cuatro, del 12 al 44%.

Se convierte así en el presidente que más ha bajado en las encuestas en su primer año de Gobierno desde la Segunda Guerra Mundial junto con Gerald Ford y Ronald Reagan. El dato no es casual. Y es que, como le pasó en su día al que algunos califican como el presidente más querido de la historia (Reagan), también Obama ha visto mermada su popularidad a causa de una crisis económica que cada día arroja a miles de personas a la calle. También ayuda un Congreso radicalizado, donde el prometido aire de reforma del presidente ha chocado de frente con la realidad del juego político.

Incapaz de controlar a un oposición que aprovecha el menor resbalón para recuperar su sitio y muy apurado por las disidencias entre su propio partido, hace unos días el propio Obama reconocía su frustración por la lentitud con la que se están realizado los cambios. Un sentimiento que parecen compartir sus conciudadanos. Según una encuesta realizada para el semanario The Economist, de las diez prioridades impuestas por el demócrata para su primer año de mandato tan solo dos consiguen pasar el aprobado de la opinión pública: la reforma educativa y la defensa del medio ambiente. Del resto de los temas presentes en la agenda de Obama, incluyendo su anunciada reforma sanitaria, ninguno pasa el test.

Giro a la derecha

Fruto de este aire de decepción sería además el inesperado giro hacia la derecha de los estadounidenses, que ahora mismo se posicionan más cerca de los republicanos en temas tan importantes como la economía o la seguridad nacional que con los demócratas. Sobre cómo podría este cambio afectar a las próximas elecciones al Congreso, y donde en estos momentos los demócratas poseen mayoría, existen varias teorías.

Algunas apuntan a que un rebrote en la economía ayudaría a Obama a recuperar su puesto, tal y como sucedió por ejemplo con Reagan en los años ochenta. Otros creen que el futuro podría determinarse a partir de las elecciones celebradas ayer en el estado de Massachusetts para renovar el escaño dejado por Ted Kennedy, y que servirán como termómetro al partido en el poder.