La oposición iraní se moviliza ante la muerte del ayatolá Montazeri

Nolo Mariño

INTERNACIONAL

El pecado de este clérigo, pilar de la Revolución islámica, fue cuestionar la injerencia religiosa en la política

21 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«Marg bar diktator» (muerte al dictador). Tras varios días de silencio, las azoteas de Teherán volvieron a rugir anoche en contra del régimen islámico iraní. La muerte del gran ayatolá Hoseín Alí Montazeri, fallecido ayer en su domicilio de la ciudad santa de Qom a los 87 años, actuó de detonante.

Montazeri fue uno de los pilares fundamentales de la Revolución islámica que llevó al poder de Irán a los clérigos chiíes en 1979, e incluso estuvo llamado a suceder al imán Jomeini. Pero las desavenencias con sus pares lo defenestraron del poder, y desde entonces se convirtió en uno de los más feroces críticos del Gobierno religioso.

«Ningún negocio puede prosperar en Irán si no tienes un ajún [clérigo] en la familia. Eso es así, lo sabemos y lo aceptamos», se queja Alí, que regenta un pequeño hotel propiedad de su familia en una calle aledaña al Gran Bazar de Teherán. «Así solo sobrevivimos, pero ya es bastante. Otros ni siquiera pueden dar de comer a sus hijos», explica.

El poder de los clérigos es omnipresente en la República Islámica, y sobre todos ellos destaca el líder supremo de la Revolución, encarnado hoy en día en el ayatolá Alí Jamenei. Montazeri vio cómo Jamenei se quedaba con su puesto de heredero de Jomeini. Desde entonces, fue apartado de la esfera pública, e incluso se mancilló su nombre.

El único pecado de Montazeri fue cuestionar la injerencia de los religiosos en la política de la incipiente «democracia especial» surgida con la revolución. En un ejercicio de cinismo más propio de una curia maquiavélica que de los pretendidos defensores de la pureza islámica, Jamenei ofreció ayer sus condolencias por la muerte de Montazeri.

«El ayatolá Montazeri pasó un largo período de su vida sirviendo al difunto fundador de la Revolución islámica e hizo grandes esfuerzos y sufrió muchas calamidades por la causa», dijo el líder, quien describió al difunto como «un buen jurista versado y un maestro destacado». Añadió además que «gran número de discípulos se han beneficiado mucho de sus enseñanzas».

Fue el propio Jamenei quien ordenó el arresto domiciliario de Montazeri en 1997, tras un acalorado enfrentamiento verbal entre ambos sobre el poder que debía tener el líder supremo. El confinamiento se vio agravado con el cierre de su escuela teológica.

Montazeri será enterrado hoy en el mausoleo de Hazrat-e Masumeh, una de las santas del imaginario chií en Qom. Miles de personas se han concentrado ya para asistir al funeral. La prensa extranjera tiene prohibida la asistencia al sepelio.