Mujica tiende la mano a Chávez para relanzar las relaciones entre sus países

EFE

INTERNACIONAL

El presidente electo de Uruguay se reunió con su homólogo venezolano.

09 dic 2009 . Actualizado a las 10:09 h.

El presidente electo de Uruguay, José «Pepe» Mujica, ofreció al mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, relanzar la relación entre las dos naciones, en el único acto público que sostuvo con uno de los jefes de Estado que participaron en la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur).

Entre el lunes y este martes Mujica tuvo sus primeros contactos por separado con todos los presidentes que asistieron a la cumbre, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la argentina Cristina Fernández y el paraguayo Fernando Lugo, pero todos fueron privados y apenas trascendió su contenido.

Sin embargo, con Chávez, al que le une una relación afectuosa desde hace años, compartió un mitin al concluir la cita en una fábrica de vidrio en la periferia de Montevideo, Envidrio, relanzada con 3 millones de dólares de financiación venezolana.

«Nunca podremos agradecer en la magnitud la ayuda que ha significado el esfuerzo del pueblo venezolano, representado por su gobierno», inició su discurso el ex guerrillero tupamaro de 74 años, ganador de la segunda vuelta electoral el pasado 29 de noviembre con el izquierdista Frente Amplio.

El 1 de marzo próximo Mujica sucederá a Tabaré Vázquez, del mismo bloque político y que en 2005 se convirtió en el primer presidente de izquierdas de la historia uruguaya, marcada por los casi 170 años de hegemonía del Partido Colorado, de centro-derecha.

«¿Quién en este mundo, aún los países fantásticos que tienen mucha riqueza, nos ha prestado algún mango (dinero) a una tasa del dos por ciento? Qué levante la mano. Sólo Venezuela», prosiguió en referencia al acuerdo energético por el cual Uruguay dispone de petróleo venezolano a bajas tasas de interés.

Durante la campaña electoral, Mujica dijo en varias ocasiones que es amigo de Chávez y del presidente boliviano, Evo Morales, pero que su referente político es Lula.

Mientras, la oposición conservadora alertaba sobre el supuesto peligro que podría significar para el país que un ex guerrillero asumiera el mando, pese a las constantes promesas de Mujica de continuar con la línea de Vázquez y de que lo primero que ha hecho al llegar al poder ha sido reunirse con sus rivales.

Hoy, Chávez, además de felicitarlo una vez más por su triunfo electoral, se vanaglorió de ese pasado combativo, que al próximo presidente uruguayo le costó 13 años en la cárcel, la mayoría durante la dictadura militar (1973-1985), por asaltos, tiroteos y robos.

«A mí me hubiese gustado ser soldado raso de aquello batallones que el 'Pepe' lideró en épocas duras de nuestra América Latina», afirmó el mandatario venezolano, ante el fervor de los cerca de 200 asistentes al acto, en su mayoría trabajadores del polígono industrial donde se encuentra la factoría.

El gobernante de Venezuela se mostró también convencido de que con el futuro presidente uruguayo habrá tanta o más afinidad que con Vázquez.

Chávez recordó que con Vázquez se comprometió a garantizar al Estado uruguayo «todo el suministro de petróleo y gas que necesite para los próximos cien años» mediante el llamado Acuerdo de Caracas, según el cual el 75 por ciento de lo adeudado puede ser devuelto en especies.

A Mujica le ofreció ahondar en esa colaboración y le instó a buscar posibles formas de compensar la ayuda por el petróleo, por ejemplo enviando vacas, cuero, neumáticos, quesos, leche, u otros bienes que produce Uruguay y que le pueden interesar a Venezuela.

En una alocución más breve de lo habitual, tal vez porque el acto comenzó con más de dos horas de retraso o porque Mujica le pidió en broma que no lanzara uno de sus «discursos interminables», Chávez homenajeó a los trabajadores de Envidrio, que se hicieron cargo de la gestión de la compañía para reflotarla con dinero venezolano.

«Esto que he visto aquí, yo no sé como lo llaman ustedes, pero yo lo llamo socialismo. Ustedes están creando socialismo desde lo micro, la raíz», opinó.

Después del encuentro, Mujica tenía previsto cenar en un restaurante de Montevideo con Chávez, el último mandatario participante en la cumbre del Mercosur en abandonar el país.