Villepin niega ante el juez que hubiese conspirado para expulsar a Sarkozy de la carrera presidencial

Esperanza Suárez

INTERNACIONAL

El fiscal pide para él cinco años de prisión.

01 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dominique de Villepin lo niega todo. El ex primer ministro francés cambió ayer el banquillo de los acusados por el estrado para declarar por primera vez en el juicio que debe determinar si conspiró para intentar eliminar a Nicolas Sarkozy de la carrera presidencial. El fiscal pide para él cinco años de prisión.

Villepin declaró que nunca tuvo en sus manos las listas falsificadas que incluían, entre otros, el nombre de Nicolas Sarkozy camuflado con su segundo apellido entre los clientes de la sociedad financiera Clearstream, que estaría lavando para ellos el dinero conseguido con el cobro de comisiones ilegales. No conocía al matemático libanés Imad Lahoud, que ha confesado haber falsificado los listados originales robados, nunca dio órdenes de investigar las cuentas de Sarkozy y no recibió ninguna orden al respecto del entonces presidente Jacques Chirac.

El ex primer ministro tiene en su contra las notas que la policía intervino en el registro del domicilio del general Philippe Rondot, el espía al que encargó la investigación de los documentos. Convertido en el principal testigo de cargo, Rondot prestará declaración el próximo lunes.

Palabra contra palabra, Lahoud y el tercer principal acusado, Jean-Louis Gergorin, se echaron mutuamente la culpa de la maquinación en anteriores sesiones. Ambos han mantenido que Villepin estaba al tanto. En las seis jornadas de proceso no les ha dirigido la palabra.

Ayer, la tensión aumentó en la sala con el interrogatorio del abogado de Nicolas Sarkozy, acusación particular en el caso. Thierry Herzog intentó desestabilizar sin éxito a un impasible Dominique de Villepin, que se extendió sobre el «acoso» sufrido por el actual presidente. «No podemos admitir la calumnia y la mentira», aseguró sin nombrar a su enemigo político, al que también él ha denunciado por «atentar contra la presunción de inocencia». Sarkozy había calificado directamente de culpables a los cinco procesados.

Villepin mantuvo un tono mesurado durante sus más de seis horas de declaración. Entró en el Palacio de Justicia de París con solemnidad y declaró en tono grandilocuente sentirse feliz de poder aportar su contribución a esclarecer la verdad.