Aumenta la tensión entre el presidente de Portugal y el Gobierno de Sócrates

La Voz REDACCIÓN |

INTERNACIONAL

El país vecino vive un choque sin precedentes entre sus dos principales instituciones

01 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los resultados del pasado domingo en Portugal tensaron todavía más el conflicto entre el presidente de la República, el conservador Aníbal Cavaco Silva, y el primer ministro socialista, José Sócrates, un contencioso que ya había estallado con crudeza durante la campaña electoral. El nuevo episodio de la batalla entre ambos es la respuesta dada por el Gobierno luso a la acusación lanzada por su presidente unas horas antes, en el sentido de que habían intentado manipularlo. El encontronazo abre una crisis sin precedentes en la cohabitación política entre las dos máximas instituciones del país.

El ministro de la Presidencia y relevante dirigente socialista, Pedro Silva Pereira, no hizo uso de las medias tintas para atajar las acusaciones de Cavaco. Le recordó que el supuesto espionaje gubernamental a sus actividades, divulgado por un periódico cuya fuente era un asesor del presidente, fue una grave e infundada acusación que perjudicó a su partido.

La propia declaración del jefe del Estado hecha al país por televisión reconoce que todo fue «una invención», como siempre dijo el Partido Socialista (PS), subrayó Silva Pereira, cuya formación ganó las elecciones con el 36,5% de los votos, lo que le permitirá seguir gobernando con pactos con las formaciones minoritarias.

Nueva campaña

El choque entre el Ejecutivo y la presidencia de la República se produce cuando Portugal ha entrado de nuevo en campaña electoral para los comicios municipales del próximo día 11 y a falta de que Cavaco celebre las consultas previas a la formación de un Gobierno que, en principio, debe encargar a los socialistas.

El partido de Cavaco, el Social Demócrata (PSD, centroderecha) obtuvo en los comicios un 29% de los sufragios, uno de sus peores resultados, y algunos de sus dirigentes consideraron que su campaña se vio perjudicada por el papel del presidente en la polémica de las escuchas. Ayer, un portavoz del PSD lamentó que Cavaco no haya hablado antes y pidió al Gobierno explicaciones tras la denuncia de manipulación del presidente. Entre los demás partidos, el Bloco de Esquerda y la coalición de comunistas y verdes criticaron la actuación de Cavaco, mientras el derechista Partido Popular le dio la razón y consideró, igual que el PSD, que debió haber hablado antes de la votación.

Silva Pereira lamentó que en estos momentos «se lance al país a querellas artificiales y polémicas inútiles» y dijo que, tras la alocución de Cavaco, el Gobierno quería «cortar el mal de raíz».

El jefe de Estado había hablado previamente al país durante diez minutos en una esperada alocución en la que negó cualquier relación con las filtraciones del supuesto espionaje del Gobierno a sus actividades, escándalo que motivó la sustitución, la semana pasada, del jefe de prensa de Cavaco, Fernando Lima.

El presidente se quejó de las «mentiras» difundidas sobre ese asunto y acusó a los socialistas de pretender desviar la atención de la campaña y ligarlo electoralmente a su partido, el Social Demócrata, pese a su alejamiento, como jefe de Estado, de la actividad política.

«El presidente de la República no cede a presiones», afirmó para justificar su decisión de no hablar del asunto durante la campaña, pese a las explicaciones que los socialistas y varios líderes de izquierda le pidieron cuando optó por cambiar a su jefe de prensa.

El ministro Silva Pereira recordó que las supuestas escuchas orquestadas por el Gobierno perjudicaron a su partido cuando fueron publicadas en agosto por un rotativo cuya fuente resultó ser ese asesor del jefe de Estado, según reveló, ya en plena campaña electoral, otro diario. En relación al cambio de su jefe de prensa, Cavaco dijo que ese colaborador le garantizó no haber hablado en nombre del presidente, pero aún así lo sustituyó «porque no podía dejar que la duda permaneciese».

En la campaña hubo decenas de afirmaciones y noticias que vincularon las escuchas al nombre del presidente, «pero no existe en ninguna declaración o escrito presidencial referencia alguna», subrayó Cavaco. Esta afirmación fue para Silva Pereira prueba de que todo fue una invención para perjudicar al PS con un «episodio lamentable para el prestigio y la dignidad de las instituciones».