Sócrates, un izquierdista de diseño llegado desde la derecha

INTERNACIONAL

Norteño, nieto de millonario, desembarcó en el poder de la mano del márketing y la modernidad

28 sep 2009 . Actualizado a las 00:25 h.

El histórico socialista portugués Mario Soares le dejó puesto el cliché para toda la vida: «Es un producto mediático, un político Armani», dijo el ex presidente luso cuando su partido se desangraba a la búsqueda de un líder. Pero el márketing, la imagen de modernidad que José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa (Vila Real, 1957) imprimió a las primeras primarias de la historia del Partido Socialista luso le reportaron la mayoría necesaria para liderarlo y acabar con su sempiterna división.

La vida del aspirante a la reelección como primer ministro de Portugal acuña sin embargo contradicciones de las que en ocasiones le es difícil escapar: socialista e hijo de conservador; seguidor de Olof Palme, pero beneficiado por las tesis liberales y la fortuna que su abuelo paterno hizo con la venta de wolframio en la Segunda Guerra Mundial; líder del PS, pero militante en su juventud de su rival, el centro-derechista PSD.

Antonio Guterres, el mayor adversario interno de Soares, fue su mentor y el responsable del ascenso de Sócrates cuando lo hizo su ministro adjunto.

La consecución de la organización de la Eurocopa de Fútbol del 2004 le hizo tremendamente popular en un país donde el balón es una obsesión.

Sócrates legalizó la metadona como tratamiento para los toxicómanos; puso coto a las líneas eróticas, y como ministro de Medio Ambiente hizo del cierre de vertederos ilegales su tarjeta de presentación.

Su imagen la cuidó incluso más cuando se convirtió en el 2002 en un simple diputado de la oposición y contertulio habitual de programas de televisión. Eso sí, su elevada popularidad le trajo algunos problemas: dudas sobre la autenticidad de su título de ingeniero (licenciatura que en Portugal es casi un grado nobiliario); denuncias sobre su verdadera participación en proyectos firmados con su nombre... envites que han hecho cierta mella en el conocido como el Zapatero luso. Pese a todo ello, ha vuelto a ganar. Y regirá los destinos del país vecino durante otros cuatro años.