Portugal elige entre abrirse más al exterior o encerrarse en sí mismo

La Voz en Portugal

INTERNACIONAL

Los portugueses, que decidirán el próximo domingo a quién encomiendan la tarea de salir de la crisis, precipitarán cambios en el liderazgo de los partidos derrotados

20 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La palabra crisis ha condicionado gran parte de las once elecciones legislativas a las que se han enfrentado los portugueses desde que recuperaron la democracia. Pero la situación económica es en esta ocasión el referente inequívoco de los comicios, a los que están llamados el próximo domingo los 9,4 millones de electores residentes en el país y los 206.000 dispersos por el resto del mundo.

Dos recetas se enfrentan en las urnas en un equilibrio con apoyos casi idénticos. El Partido Socialista (PS) de José Sócrates -con mayoría absoluta en el Parlamento- aboga por continuar abriendo el país a la inversión extranjera para superar con su impulso la recesión. La modernización y creación de nuevas infraestructuras (aeropuerto de Lisboa, plan de autopistas y TGV) son parte del anzuelo con el que los socialistas tratan de seguir atrayendo a las grandes multinacionales, a las que además otorgan todo tipo de facilidades fiscales y logísticas.

Enfrente, el Partido Social Demócrata (PSD) comandado por la ex ministra de Educación y Finanzas Manuela Ferreira Leite ha teñido su discurso de nacionalismo para cargar contra la esquilmación que, según el centroderecha, el Gobierno está permitiendo en favor de las firmas foráneas.

La oposición a la construcción de las cuatro líneas del tren de alta velocidad diseñadas en Portugal es el pilar sobre el que el PSD está construyendo su oposición al gasto público y al beneficio que las constructoras extranjeras y España obtendrían con la puesta en marcha de esa infraestructura, pensada para el 2013 (Vigo y Madrid) y para el 2018 en las que desembocarán en Huelva y Salamanca.

Ferreira Leite no duda en apelar en sus discursos al miedo para abrir una brecha en la confianza de sus conciudadanos a las recetas anticrisis del PS. A juicio del centroderecha, no existió tanta incertidumbre desde la Revolución de los Claveles. Los socialistas, a los que les está costando llevar la iniciativa en la campaña, han sacado del armario al dictador Salazar para comparar al PSD con su régimen. Sin embargo y pese a su edad, Manuela Ferreira Leite está tratando de convencer a la ciudadanía de que el suyo es el único partido moderno y verdadero, alejado del márketing publicitario que se otorga a Sócrates

Candidata de transición

Pese a sus esfuerzos por consolidarse, la candidata del PSD no ha conseguido sacudirse el cartel de aspirante provisional que le ha otorgado parte de la opinión pública. Respaldada por Aníbal Cavaco Silva, presidente de la República, y admitida por Durão Barroso, el segundo referente del partido y presidente de la Comisión Europea, Ferreira Leite es para muchos una solución de transición pensada para desgastar a Sócrates en un nuevo Gobierno en minoría y dejar el terreno alisado para la siguiente cita, en la que los dos líderes del PSD descubrirían a su tapado.

Por el equilibrio reinante, el resto de fuerzas tendrá previsiblemente un peso relevante. El Bloco de Esquerda, hoy quinto grupo parlamentario, aspira a tener la llave del Gobierno, pese a que promete no formar parte de él. Por debajo se sitúan de entrada los comunistas-verdes de la CDU, mientras que el mismo papel de llave hacia la derecha es pretendido por el CDS, posible aliado, llegado el caso, del Partido Social Demócrata.