Sotomayor, una sabia hispana entra en el Supremo de EE. UU.

Victoria Toro

INTERNACIONAL

Del barrio más pobre de Nueva York pasó a las mejores universidades del país

29 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La Comisión Judicial del Senado de Estados Unidos aprobó ayer el nombramiento de Sonia Sotomayor como jueza del Tribunal Supremo por 13 votos contra 6. Como se esperaba, votaron por ella los doce senadores demócratas y uno de los republicanos. Una vez aprobada la propuesta, el pleno del Senado debe ratificarla la semana próxima. Pero en este caso será un mero trámite ya que la jueza Sotomayor tiene garantizada la mayoría solo con los sesenta votos demócratas.

Sonia Sotomayor se ha sometido en las últimas semanas a los durísimos interrogatorios de la Comisión Judicial del Senado. Unas declaraciones realizadas por ella en el 2001 han servido a los republicanos para hacer oposición. Entonces, la jueza dijo que una mujer hispana y sabia tendría mayor capacidad a la hora de tomar decisiones que un anglosajón varón que no hubiera tenido sus experiencias. Algunos republicanos la han acusado de ser la jefa del Ku Klus Klan latino y de ser racista. Y otros, más moderados, han puesto en duda su capacidad para la justicia ya que, según ellos, aplicaría las leyes con un sesgo de etnia y género.

Una jueza liberal

Sonia Sotomayor explicó en la vista de aprobación que sus palabras querían decir que la experiencia personal de un juez «ayuda a escuchar y entender», pero que la sentencia la dicta «únicamente la ley». Aunque lo que de verdad hay detrás de la oposición de los republicanos es que Sotomayor tiene fama de liberal y, una vez aprobada su candidatura, el puesto en el Tribunal Supremo es vitalicio.

El Tribunal Supremo estadounidense se ocupa de asuntos que dividen fuertemente a los ciudadanos. El aborto, la pena de muerte, los derechos de los homosexuales o la legislación sobre las armas son algunos de ellos.

Sobre todo esto se le preguntó estos días a Sotomayor en el Senado. Aunque la jueza dio pocas pistas negándose a responder en ocasiones con el argumento de que un caso similar podría llegar a verlo en el Supremo o rechazando preguntas hipotéticas. Uno de los senadores conocido por su acérrima oposición al aborto le preguntó si «sería legal que una mujer abortara a las 38 semanas si el feto tenía espina bífida». Sotomayor contestó que «no podía responder de forma abstracta porque tendría que mirar las leyes estatales». Sotomayor también aclaró que el presidente Obama no le preguntó por su opinión sobre el aborto cuando se entrevistaron antes de proponerla para el Tribunal Supremo.

En cuanto a la posesión de armas, aseguró a los senadores que «no adoptará posiciones preconcebidas» sobre este asunto. Y explicó también que tiene numerosos amigos cazadores y que uno de sus ahijados es miembro de la Asociación Nacional de Portadores de Armas.

Pena de muerte

Sobre la pena de muerte tampoco expresó su postura personal e insistió en que lo que le importa es que «el Tribunal Supremo ha determinado que la pena de muerte es constitucional en ciertas situaciones». Pero también aclaró que la defensa propia tiene limitaciones.

Esta mujer nacida en el Bronx hace 56 años en una familia humilde de inmigrantes puertorriqueños es un ejemplo perfecto del norteamericana hecha a sí misma. Del barrio más pobre de Nueva York pasó a las mejores universidades, Princeton y Yale, en las que obtuvo brillantísimas calificaciones. Después de ejercer brevemente como abogada y como ayudante de fiscal de distrito, fue jueza durante 17 años en tribunales de Nueva York. Y a partir de septiembre, cuando se inicie el próximo período de sesiones, será uno de los nueve miembros del Supremo. La tercera mujer que accede a ese puesto y la primera magistrada hispana que lo logra.