Las decisiones de Ahmadineyad desconciertan a su propio bando

Siavosh Ghazi

INTERNACIONAL

Los conservadores iraníes, molestos por los cambios que planea en el Gobierno

28 jul 2009 . Actualizado a las 13:04 h.

El presidente ultraconservador iraní, Mahmud Ahmadineyad, que la semana próxima iniciará su segundo mandato, se encontraba ayer debilitado por las tensiones en el interior de su propio campo, que condujeron a la renuncia del ministro de los Servicios de Inteligencia. Prueba de ello es que el diario conservador Teheran Emrouz titulaba «Jornada caótica para el Gobierno» tras la dimisión, aceptada por el presidente. Ahmadineyad rechazó, en cambio, la del ministro de Cultura, según un portavoz de la presidencia.

«Espero que estas destituciones no sean confirmadas porque, si es el caso, se podría decir que el Gobierno habría cometido una operación suicida». Así expresó su confusión el diputado conservador Heshmatollah Falahatpisheh. «No sé por qué motivo el presidente actúa de tal forma, pero es contrario al interés nacional y al interés del Gobierno», añadió.

Las disonancias muestran las crecientes tensiones en el seno del campo conservador a escasos siete días de que Mahmud Ahmadineyad sea investido antes de presentar la lista de su Ejecutivo al Parlamento. Se hicieron públicas cuando el presidente nombró a uno de sus allegados, Esfandiar Rahim Mashai, vicepresidente primero. Varios ministros, entre ellos los de los Servicios de Inteligencia y de Cultura, criticaron el nombramiento y, sobre todo, el retraso de Ahmadineyad a la hora de obedecer al guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, que ordenó anular ese nombramiento.

Mientras tanto, la oposición, que denuncia fraude en las elecciones del 12 de junio, sigue movilizada con una solicitud de autorización para organizar el jueves una ceremonia en memoria de los muertos durante las protestas. El ex presidente Rafsanyani desafió las críticas de la principal entidad religiosa del país, la Asamblea de Expertos, e insistió en su demanda de que se libere a todos los presos políticos.

Para intentar apaciguar las tensiones, el Gobierno respondió igualmente ayer por medio del jefe de la Justicia iraní, el ayatolá Shahrudi, que ordenó a sus servicios que esta semana decidan el futuro de los detenidos. La Unión Europea anunció ayer que presentará una protesta formal ante las autoridades iraníes por las violaciones de los derechos humanos.