Londres insiste en la necesidad de limpiar el gobierno afgano de corruptos

Fernando Pescador

INTERNACIONAL

El ministro británico, David Miliband, reafirma ante la OTAN la nueva estrategia para salvar al país.

27 jul 2009 . Actualizado a las 22:32 h.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, desveló este lunes en la sede bruselense de la OTAN las prioridades de su país para Afganistán los seis próximos meses, en una intervención pública a primera hora de la mañana suscitada en plena baja del Secretario general saliente de la Organización, Jaap de Hoop Scheffer, por una angina de pecho, y que tuvo lugar ante el cuerpo diplomático y los medios informativos.

Tras haber participado en una dura ofensiva militar contra los talibanes, a la que han denominado «Zarpazo de Pantera» y cuya primera fase el ministerio de Defensa británico dio hoy por concluida, Londres pretende ahora concentrar sus esfuerzos en propiciar una reconciliación del gobierno de Kabul con los sectores talibanes menos radicalizados.

Ese gobierno, el que saldrá de las elecciones del mes que viene, deberá ser expurgado de sujetos corruptos o incompetentes, a fin de facilitar el entendimiento con una parte de los poderes fácticos del país y con la propia opinión pública, profundamente desalentados unos y otra por las prácticas de los sucesivos gobiernos de Karzai.

La estrategia dibujada por el canciller británico encaja con la más compleja puesta en práctica por la Administración Obama, que busca corresponsabilizar efectivamente a los afganos en la salvación de su país y la quiebra de la insurgencia mediante la recuperación de los elementos menos radicales.

Se trata de la táctica puesta a punto por el general David Petraeus en Irak, que tan buenos resultados ha dado hasta el momento.

El objetivo a plazo es, evidente, la retirada de los efectivos occidentales desplegados en el país y que, precisamente a raíz de las operaciones ofensivas recientes, han sufrido un número importante de bajas, entre los británicos en particular (20 muertos este mes de un total de 189 desde 2001).

Miliband afirmaba que «una estrategia política con visos de prosperar debe propiciar la recuperación de los adversarios menos radicales, para alcanzar a más largo plazo la recuperación nacional».

El grado de radicalidad de los talibanes lo mide Miliband por la disposición de algunos de esos fanáticos, en su mayoría de la etnia pastún, de circunscribir la aplicación rigorista del Islam y la sharia que practican exclusivamente al territorio propio. Con ellos se podría pactar, según el británico, pero no con los que quieren «exportar» esa ideología en una yihad mundial.

La erradicación de la corrupción es un factor clave en el futuro inmediato de Afganistán que pasa, en la estrategia en aplicación, porque los afganos se responsabilicen de su propio futuro.

Requiere no sólo unos estándares razonables de buena gobernanza en el Ejecutivo central sino entre los gobernadores de las 34 provincias y los responsables de los 364 distritos en los que Afganistán está dividido administrativamente.