Aumenta la tensión entre Londres y Teherán tras la recíproca expulsión de diplomáticos

Imanol Allende

INTERNACIONAL

24 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las relaciones diplomáticas entre Londres y Teherán se deterioraron aún más ayer con la decisión del Gobierno británico de expulsar a dos diplomáticos iraníes en respuesta a una medida similar adoptada el lunes por el Ejecutivo iraní.

Dos británicos recibieron la carta de expulsión del país, según las autoridades iraníes, por «actividades ajenas a su estatus diplomático», en el código diplomático por actividades de espionaje. El primer ministro Gordon Brown dijo que la acusación no tenía base alguna.

«Las autoridades iraníes decidieron de manera injustificada la expulsión de dos diplomáticos británicos por razones sin ningún fundamento», indicó en la Cámara de los Comunes, y agregó que «en respuesta a esta acción, hemos informado al embajador iraní en Londres que hemos emitido cartas de expulsión a dos diplomáticos iraníes». Brown también lamentó «que Irán nos haya colocado en esta situación.»

El jefe de la diplomacia británica, David Miliband, acusó a Teherán de intentar convertir la disputas de los iraníes por el resultado electoral en una batalla entre Irán y otros países», lo que, a su parecer, «no tiene fundamento». O quizás sí, porque quizás lo que están buscando el presidente Ahmadineyad y el ayatolá Alí Jamenei es un enemigo exterior -Reino Unido y Estados Unidos-, que unifique al país y ponga fin a las manifestaciones callejeras. Los dos líderes iraníes han acusado a Londres de orquestar las recientes protestas.