Londres considera inaceptables las críticas del líder supremo y cita al embajador iraní

Imanol Allende

INTERNACIONAL

20 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La diplomacia británica reaccionó ayer con urgencia para mostrar al Gobierno de Teherán su malestar por las críticas lanzadas por el ayatolá Alí Jamenei durante su sermón, en el que tildó de malvado al Ejecutivo de Londres. A pesar de que el Ministerio de Exteriores llamó a consultas al embajador iraní en Londres, Rasul Movahedian, fue un agregado de la sede diplomática el que se reunió con el director político Mark Lyall. «Hemos dejado bien claro a los iraníes -indicó un portavoz del Foreign Office- que los comentarios del máximo líder eran inaceptables y no contaban con fundamento.»

Desde Bruselas, el primer ministro británico, Gordon Brown, aprovechó la trifulca diplomática para condenar el uso de la violencia contra los manifestantes en Irán, así como las restricciones a la libertad de prensa. «Creo que es nuestro derecho pronunciarnos por los derechos humanos, contra la represión y a favor de medios libres», y agregó. «Queremos un Irán en la comunidad internacional, no aislado».