El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, no está dispuesto a anular las elecciones presidenciales del viernes como le exige el opositor Mir Huseín Musavi y miles de sus seguidores. A cambio, respaldó ayer el recuento parcial de votos que el Consejo de Guardianes realizará en los centros en los que se han presentado quejas sobre presunto fraude.
En declaraciones a la televisión estatal, las máxima autoridad de Irán aseguró ayer que si «el recuento de los votos ayuda, se debe hacer en presencia de un representante de cada candidato para que nadie tenga dudas».
El portavoz oficial del Consejo, Abas Alí Kadkhaodai, había anunciado horas antes que los guardianes estaban «dispuestos a recontar los votos en aquellas urnas donde los candidatos crean que se ha cometido fraude». Kadkhaodai, citado por la prensa oficial, no detalló cuántas urnas serán de nuevo escrutadas ni por cuánto tiempo se prolongará el proceso.
Fuera del círculo de poder de Teherán nadie sabe si en ese acto se esconde en realidad un recuento crítico de los votos o un intento de ganar tiempo en los diez días que dura el proceso.
El gran ayatolá Naser Makarem Shirazi, uno de los clérigos chiíes más influyentes de la ciudad santa de Qom, instó al Consejo -integrado por seis juristas y seis clérigos- a tratar «con imparcialidad y precisión» las denuncias de fraude, para dar «una respuesta convincente al pueblo».