Batalla campal en Teherán tras la rotunda victoria de Ahmadineyad

Javier Martín

INTERNACIONAL

La Casa Blanca asegura que sigue de cerca los informes sobre irregularidades

14 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El líder supremo de la revolución iraní, ayatolá Alí Jamenei, desoyó ayer las quejas de la oposición por un supuesto fraude en los comicios presidenciales celebrados el viernes y respaldó la victoria de Mahmud Ahmadineyad, que ha sido reelegido con un 64% de los votos. Además de felicitar al mandatario, Jamenei sugirió al candidato perdedor, el ex primer ministro Mir Huseín Musavi, que desista de «provocaciones».

Al mismo tiempo, miles de seguidores del aperturista Musavi se manifestaban en Teherán para exigir que se repitieran los comicios. Al grito de «Este no es mi voto», e identificados con lazos verdes, el color de campaña de Musavi, los congregados llegaron hasta cerca del Ministerio del Interior, donde fueron reprimidos con violencia por los cientos de policías y milicianos islámicos que desde el día anterior tenían tomada la zona.

Agentes de uniforme y de paisano provistos de porras trataron de amedrentar a la multitud, en su mayoría jóvenes y mujeres. Las mismas escenas de batalla campal se repitieron en otras zonas de Teherán. «Nos han engañado. Todo el mundo lo pudo ver. Esta no es la decisión del pueblo», explicó una joven en la marcha verde.

Musavi proclamó su victoria el viernes, poco después del cierre de los colegios. Minutos más tarde, la agencia Irna replicó que el triunfo era del ultraconservador Ahmadineyad con más del 60% de los votos. Esa misma cifra fue facilitada por el Ministerio de Interior con el 19% de las urnas escrutadas. Contabilizado el 98%, el Comité Electoral afirmó ayer que Ahmadineyad logró un 64%, el doble que su rival.

Musavi volvió a denunciar ayer decenas de errores (falta de papeletas, trabas a los interventores....) y pidió tanto al líder como al Consejo de Guardianes -que debe validar los resultados- que anularan las elecciones. Además, afirmó que el índice de participación es sospechoso, ya que un 82% significa que técnicamente todos los iraníes votaron.

El candidato perdedor denunció un complot y prometió desenmascarar la «mano negra» que en su opinión ha cometido un fraude que amenaza los pilares de la república islámica.

Pero el líder supremo, cuyo poder es omnímodo en Irán, salió de su supuesta neutralidad y expresó su apoyo a Ahmadineyad: «El presidente electo es el presidente de toda la nación iraní e incluso aquellos que ayer fueron sus rivales deben ahora respaldarlo y ayudarlo, porque es un deber divino», dijo Jamenei.

Ahmadineyad calificó su elección de «gran victoria» y dijo que las elecciones fueron «totalmente libres».

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, expresó su esperanza de que el resultado de las disputadas elecciones sean reflejo de la verdadera voluntad popular. La Casa Blanca dijo que está siguiendo de cerca los informes sobre irregularidades, que incluyen denuncias sobre un fraude generalizado en las urnas.