Seis niños murieron en un ataque norteamericano basado en información falsa
12 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La violencia alcanzó un pico récord en Afganistán la semana pasada y se anuncian «meses difíciles», mientras los refuerzos estadounidenses confluyen hacia el lugar, afirmó ayer el general David Petraeus, comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak y Afganistán. «La semana pasada quedó marcada por el mayor nivel de incidentes en el plano de la seguridad desde la liberación de Afganistán» a finales del 2001, cuando los talibanes fueron expulsados del poder, dijo el militar en una conferencia organizada en Washington.
Aunque las cifras de los incidentes en Afganistán en la primera semana de junio no estaban aún disponibles, entre enero y mayo los ataques de rebeldes en Afganistán aumentaron un 59% con respecto al mismo período el año pasado, según estadísticas de la OTAN. «Está claro que la situación se deterioró en el transcurso de los dos últimos años y que tendremos tiempos difíciles», comentó Petraeus, que anunció que «la violencia va a aumentar porque vamos a acorralar refugios de los rebeldes».
Bombardeo
Según se supo ayer, al menos seis niños están entre los muertos por un bombardeo de las tropas de la coalición liderada por EE.?UU. en la provincia central afgana de Ghor. La acción militar tuvo lugar el martes en el distrito de Shahrak con el objetivo de acabar con la vida de un dirigente talibán, el mulá Mustafá, que sin embargo parece haber sobrevivido pese a que las tropas lo dieron por muerto.
«Algunas personas acudieron a las tropas de Estados Unidos y les dieron falsa información, y entonces bombardearon nuestra zona. No estoy herido», declaró ayer el propio Mustafá.
El martes, los servicios de inteligencia detectaron que Mustafá salía de su refugio en un vehículo hasta llegar a un área donde se reunió con numerosos insurgentes, momento que aprovechó el mando norteamericano para ordenar el bombardeo. Una fuente policial aseguró que el ataque afectó a un camión en el que había varios niños, entre ellos un hijo de 6 años y un hermano de 10 del mulá Mustafá, ambos fallecidos, según el supuesto líder talibán.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad de Pakistán mataron a 66 presuntos islamistas en las últimas 24 horas en las provincias del noroeste paquistaní. El país soportó ayer una oleada de atentados terroristas, que dejaron varios muertos y decenas de heridos.