Francia y Alemania apoyan «sin ambigüedad» la candidatura de Barroso

EFE

INTERNACIONAL

Sarkozy y Merkel le exigen que formalice sus intenciones en un «programa» que incluya una «mejor regulación europea».

11 jun 2009 . Actualizado a las 17:26 h.

Francia y Alemania van a apoyar «sin ambigüedad» al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la cumbre de la UE de la semana próxima para que cumpla un segundo mandato, pero le exigen que formalice sus intenciones en «un programa» que incluya una «mejor regulación europea».

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, reiteraron esta idea hoy en una conferencia de prensa conjunta al término de un encuentro en París, en el que también convinieron en que el Consejo Europeo de los próximos 18 y 19 se pronuncie sobre la candidatura a la presidencia de la Comisión para que el Parlamento Europeo pueda ratificarla en julio.

«Apoyaremos la candidatura de Barroso sin ambigüedad», indicó Sarkozy en nombre de los dos mandatarios, antes de puntualizar que le pedirán «que formalice sus intenciones» para el nuevo mandato y «se comprometa con un programa, con unos valores».

Sobre el contenido de ese programa, el jefe del Estado francés señaló que «su deber es que Europa proteja a los europeos», «trabajar por una mejor regulación europea» y dar un impulso político a la UE.

Merkel, por su parte, reiteró que París y Berlín «apoyan la candidatura de Barroso», sobre la que esperan un acuerdo político la semana próxima, pero quieren discutir con él del programa, porque de cara a la próxima legislatura hay que «tomar las buenas decisiones de personas, pero también de fondo».

Los dos mandatarios, que se felicitaron mutuamente por los resultados que sus partidos obtuvieron en las elecciones europeas, recordaron que por ahora lo único que se puede decidir es el presidente de la Comisión, y que la elección de los comisarios y de los que estarán al frente de las nuevas instituciones tendrán que esperar.

Por esa razón no quisieron pronunciarse sobre las candidaturas para los puestos de comisarios, aunque Sarkozy sí reconoció que su ministro de Agricultura, Michel Barnier -que ya fue comisario europeo en el pasado- «está en cabeza de lista de los postulantes» franceses.

Los dos mandatarios avanzaron que quieren que en la cumbre de la semana próxima se formalicen los «compromisos políticos» que los países miembros habían asumido con Irlanda para la celebración allí de un nuevo referéndum sobre el Tratado de Lisboa.

«Confío en que encontraremos buenas condiciones» para Irlanda, ya que hubo un acuerdo al respecto durante la presidencia francesa en el segundo semestre de 2008 y ya entonces se acordó «la forma de responder a la demanda irlandesa», comentó Merkel.

Sarkozy insistió en que «hay que hacer lo posible» para que en el nuevo referéndum irlandés sobre el al Tratado de Lisboa gane el sí porque, en caso contrario, no podrán ponerse en marcha las nuevas instituciones europeas.

En un mensaje dirigido a los irlandeses, dijo que la crisis financiera ha puesto más en evidencia que «ningún país puede aislarse», que «Europa necesita a Irlanda e Irlanda necesita a Europa».

Sarkozy insistió en que «hay una voluntad franco-alemana muy fuerte para no reducir» los acuerdos logrados en las cumbres del G-20 de Washington y Londres y en el último Consejo Europeo sobre la regulación financiera y que no hay «marcha atrás».

«Europa debe ser precursora en la regulación financiera», apostilló Merkel, que consideró que con ese informe «veremos hasta qué punto hemos sacado las enseñanzas de esta crisis».

Otro punto de coincidencia de Francia y Alemania fue vigilar para que los compromisos de los países de la UE para frenar el cambio climático no sea aprovechado por otros para deslocalizar industrias a otras partes del mundo que no cumplan normas de protección medioambiental, explicó la canciller alemana.

«Habrá consecuencias para los países que no entren al juego de la defensa medioambiental», advirtió el presidente francés.

Este último también anunció que van a darse «un plazo de seis meses para discutir» sobre el futuro del programa del avión militar A400M, que está congelado desde abril para negociar un nuevo contrato tras los sucesivos retrasos que ha sufrido.