Los sondeos apuntan a una victoria de Hezbolá en las concurridas elecciones celebradas en el Líbano

Rana Moussaoui

INTERNACIONAL

08 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los libaneses votaron ayer en masa en unas cruciales elecciones legislativas que según los sondeos podrían dar la victoria a una alianza liderada por el chií Hezbolá (proiraní) frente a la actual mayoría, respaldada por los países occidentales.

Los colegios electorales cerraron a las siete de la tarde, hora local, pero los resultados no se darán a conocer hasta hoy. Los sondeos no vaticinan una victoria clara para ninguna de las dos alianzas. Todo se definirá en torno a una treintena de escaños de las regiones cristianas, en donde los electores están divididos. El vencedor podría serlo solo por dos o tres escaños de diferencia.

Las autoridades libanesas parecían desbordadas ayer ante el flujo de electores que hicieron colas para votar desde primera hora de la mañana. Algunos se quejaron por haber tenido que esperar más de tres horas para depositar su papeleta en las urnas. La tasa de participación debería sobrepasar el 50%, contra el 45% de las legislativas del 2005. «Esta participación no tiene parangón en la historia de las legislativas libanesas», se felicitó el ministro de Interior, Ziad Barud.

Las autoridades tuvieron que añadir mesas electorales en algunas oficinas de voto ante la afluencia masiva de personas, muchas de ellas ataviadas con los colores de sus partidos. Estas legislativas se celebraron «por primera vez en una sola jornada y los libaneses no respetan mucho las filas de espera», justificó el ministro. Unos 50.000 policías y militares fueron desplegados para prevenir estallidos de violencia entre las facciones políticas rivales. En las grandes ciudades, incluso el Ejército sacó los carros de combate a las calles.

Más de 200 observadores internacionales de la UE, del Centro Carter y de otras instituciones y países viajaron para controlar los comicios. «No me preocupan las elecciones. Nuestra inquietud es si los libaneses aceptarán el resultado», aseguró el ex presidente estadounidense Jimmy Carter.

La minoría parlamentaria liderada por el partido chií Hezbolá y apoyada por Irán y Siria, y la mayoría antisiria apoyada por Occidente libran un pulso desde las legislativas del 2005, que a punto estuvo de hundir al país en el 2008 en una nueva guerra civil. El resultado de estos comicios servirá para determinar si este pequeño país del Mediterráneo, fronterizo con Siria e Israel, sigue contando con el apoyo occidental, especialmente de Estados Unidos, o se orientará hacia Irán y Siria, antigua potencia tutelar.

Estados Unidos, que apoya la actual alianza liderada por el partido suní de Saad Hariri, considera a Hezbolá una organización terrorista. Si esta se impone, se prevé que Washington suspenda su ayuda militar al Líbano.