Dudas sobre la participación en los comicios en que Buteflika fue reelegido como presidente de Argelia

David Alvarado

INTERNACIONAL

10 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

A pesar de los seis candidatos en liza anoche no se esperaban sorpresas en las elecciones presidenciales de Argelia, ya que se da por seguro que el presidente, Abdelaziz Buteflika, de 72 años de edad, fuese reelegido para un tercer mandato consecutivo de cinco años. La única incógnita era el índice de participación electoral.

Minutos antes del cierre de los colegios electorales, el ministro del Interior, Yazid Zerhuni, comparecía ante la prensa para dar cuenta del transcurso de los comicios, anunciando una tasa de participación cercana al 50% a primera hora de la tarde. A pesar de la euforia del ministro, que apuntó que los argelinos habían acudido en mayor número a las urnas que en las presidenciales del 2004 (52% de afluencia entonces), observadores sobre el terreno plantearon dudas sobre el dato, ya que la participación apenas había sido del 13% en Argel, del 1% en Tizi-Ouzou, la capital de la Cabilia, y únicamente del 31% entre la numerosa comunidad argelina establecida en el extranjero.

«A sabiendas de que el actual presidente ganará fácilmente, de la afluencia ciudadana a las urnas dependerá su legitimidad», destaca Kader Abderrahim, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales.

Boicot en la Cabilia

A lo largo del día se registraron incidentes violentos en al menos seis centros de votación de varias localidades de Buira, también en la Cabilia. Cientos de jóvenes favorables al boicot de los comicios invadieron un buen número de colegios electorales en el momento de su apertura, llegando a quemar las urnas, mobiliario urbano e incluso una ambulancia. La intervención de los antidisturbios permitió que prosiguieran las votaciones, si bien algunos colegios electorales permanecieron cerrados el resto de la jornada.

El prefecto de Buira reconoció «perturbaciones», pero omitió dar detalles. Esta región es un tradicional bastión de la Reunión por la Cultura y la Democracia (RCD) y del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), formaciones de oposición, que han llamado durante las últimas semanas al boicot a las presidenciales.

A pesar de los elevados controles de seguridad ante las amenazas vertidas por Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) durante las últimas semanas, en Naciria, 50 kilómetros al este de Argel, una bomba artesanal hizo explosión cerca de un colegio electoral, hiriendo a un policía.

En el marco de su particular campaña de sangre y amenazas contra el régimen de Argel, AQMI, a través de un comunicado vertido por su máximo dirigente, Abdelmalek Droudkel, ha considerado el voto a Buteflika como «un gran pecado destinado a llevar a los musulmanes hacia un nuevo período de esclavismo». Para Droudkel, «las elecciones están trucadas y solo servirán para dotar de legitimidad al actual poder corrupto y a su presidente». Ante el temor a nuevos atentados se han desplegado 160.000 policías y otros tantos gendarmes, guardias comunales y militares.