Violentos disturbios en Moldavia tras la victoria comunista

Rafael Mañueco

INTERNACIONAL

Decenas de heridos tras el asalto al Parlamento y a la residencia del presidente por miles de manifestantes

08 abr 2009 . Actualizado a las 03:08 h.

Indignados con el resultado de las elecciones legislativas del domingo, miles de manifestantes lograron ayer en Chisinau, la capital moldava, abrirse paso y penetrar en los edificios de la Presidencia y del Parlamento, situados uno enfrente del otro. Sacaron los muebles y otros enseres al exterior y les prendieron fuego. Rompieron también a pedradas los cristales de numerosas ventanas e izaron en ambas sedes las banderas de Rumanía y la Unión Europea.

La policía tuvo que intervenir empleando gases lacrimógenos y chorros de agua a presión. Se produjeron decenas de heridos, muchos de ellos graves, tanto por parte de los revoltosos como de los antidisturbios y, según el canal de televisión oficial, una mujer perdió la vida. La situación se calmó cuando el presidente moldavo y líder comunista, Vladimir Voronin, pactó con los líderes opositores un recuento de las papeletas. Pero estos últimos cambiaron después de idea y exigieron la repetición de los comicios, demanda que Voronin ha rechazado.

La revuelta se extendió por todo el centro de Chisinau y en ella participan unas 10.000 personas, jóvenes en su mayor parte. Los organizadores utilizaron la red social Twitter para convocar la protesta, que ya comenzó el lunes por la noche. Consideran que los resultados de los comicios del domingo han sido manipulados a favor del Partido Comunista, que habría obtenido 60 de los 101 escaños existentes en la Cámara. Exigen además la reunificación con Rumanía. Las consignas más coreadas fueron «Somos rumanos», «Queremos estar en Europa» y «Abajo el comunismo».

Llamadas a la calma

El jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, hizo inmediatamente un llamamiento a la calma y al cese de la violencia. Desde Moscú, el viceministro de Exteriores, Grigori Karasin, expresó también su preocupación por la situación.

Los comunistas moldavos llevan en el poder desde el 2001. Pero, según la Constitución, Voronin debe dejar el poder al haber consumido los dos mandatos previstos. Su sucesor tendrá que ser designado por el nuevo Parlamento, ya que el jefe del Estado en Moldavia no se elige por sufragio universal. El nuevo presidente será, por tanto, comunista también, salvo que el actual levantamiento cambie las cosas.

Moldavia, la antigua Besarabia, le fue arrebatada a Rumanía por el Ejército Rojo en 1940. Según el Banco Mundial, es el país más pobre de Europa. Cuenta con cuatro millones y medio de habitantes y es la única república ex soviética en la que los comunistas han regresado al poder. La región moldava de Transdniester, una estrecha y reducida franja de terreno embutida entre el río Dniéster y Ucrania, fue escenario de una cruenta guerra a partir de 1992, después de que se declarara unilateralmente independiente con la ayuda de Moscú.

Al igual que Karabaj, Osetia del Sur y Abjasia, es uno de esos conflictos separatistas aún sin resolver. Su población ronda el medio millón de habitantes y son en su inmensa mayoría eslavos (rusos y ucranianos). No hablan el rumano, sino el ruso. El peculiar enclave alberga todavía hoy día un destacamento de tropas rusas con cerca de 2.000 militares. Las autoridades moldavas y los separatistas firmaron un acuerdo para el cese de las hostilidades en 1997.