El mandatario sirio defiende el derecho nacional frente a la Justicia internacional

Anne-Beatrice Clasmann

INTERNACIONAL

31 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Debería ser una cumbre de reconciliación, pero lo único que logró fue poner de acuerdo a los Estados árabes para cerrar filas tras la cúpula sudanesa y contra el Tribunal Penal Internacional (TPI). La postura tiene varios motivos: en primer lugar, muchos simpatizan con los árabes apoyados por Al Bashir en el conflicto entre los clanes árabes nómadas y los africanos asentados de Darfur; en segundo lugar, los Estados árabes no ratificaron el estatuto de creación del TPI, y en tercer lugar, muchos se preguntan quizá si podrían ser los próximos jefes de Estado árabes en ser llevados ante el tribunal por violaciones de los derechos humanos.

Llama la atención, por ejemplo, la vehemencia con la que el presidente sirio, Bashar al Asad, defendió a Al Bashir: «el derecho nacional es en cualquier caso más importante que una administración de Justicia internacional. El TPI ha violado la soberanía de Sudán», afirmó.

Asad no hizo citó en su discurso al tribunal especial para el Líbano que inició su actividad hace un mes en La Haya para investigar el atentado contra el ex primer ministro libanés Hariri. La cúpula siria está bajo sospecha de estar implicada tanto en el complot de asesinato contra Hariri como en otros asesinatos políticos que sacudieron Beirut en los últimos tiempos.