El Salvador elige en las presidenciales de hoy si se une al cambio bolivariano

Mercedes Lodeiro Paz

INTERNACIONAL

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El Salvador afronta hoy unas importantes elecciones presidenciales en las que los electores se definirán por continuar con laderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que lleva veinte años en el poder, o elegir cambio de la mano del candidato de la ex guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes.

El resultado que arrojen las urnas tendrá una relevancia que trasciende fronteras. Se trata del posicionamiento del país en la esfera internacional. Pues si el vencedor es Mauricio Funes, El Salvador caminará de la mano de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Cuba, y próximo a Panamá y Costa Rica.

Si es Rodrigo Ávila el investido presidente, El Salvador viajará de la mano de Colombia y Perú, y cerca de Estados Unidos, que ya anunció que respetará cualquier resultado.

De esa relevancia son conscientes las dos formaciones. Al FMLN nadie le hace sombra en la izquierda. Pero Arena tenía rivales en su arco ideológico y, ante el temor a la dispersión de sufragios, la derecha apartó de la batalla al Partido Demócrata Cristiano y al de Conciliación Nacional. Así pues, la Alianza se preparó con «Vamos con todo» para ganar un nuevo período que la convertiría en uno de los partidos gobernantes más longevos del contiente.

Funes -primer candidato del Frente sin pasado guerrillero-lideró todas las encuestas, que de cumplirse llevaría por primera vez a la izquierda al Gobierno. Aunque en las municipales de enero, Arena reconquistó San Salvador, en las legislativas obtuvo 32 escaños frente a los 35 del Frente. Esta situación en la Cámara obligará a cualquiera de ellos a gobernar con temple.

Pero hace días que Arena llegó en los sondeos a un empate técnico. La prensa, en manos de la derecha, jugó su papel. Apenas informó por ejemplo de los multitudinarios mítines del FMLN mientras ensalzó los de los areneros, menos concurridos. Como tampoco destacó de Ávila, apodado Atila , su estrepitoso fracaso en el combate con mano dura que impulsó desde la dirección de la Policía Nacional.

La campaña de Ávila, rodeado de ex presidentes y empresarios, fue la del miedo y las descalificaciones. Sabedor de que puede perder, habló más de Chávez que de Funes, por eso se llegó a decir con sorna que los candidatos eran tres. Su discurso advierte del «peligro a la libertad» y que será Chávez y su socialismo del siglo XXI quien gobernará si gana Funes. A su consigna «Patria sí, comunismo no», el Frente responde «Patria sí, con el mismo no».

Funes intentó distanciarse del líder bolivariano. Dijo ser más próximo a Lula y a Zapatero. Habló de una izquierda salvadoreña propia y de que quiere entenderse con Obama. Su mensaje tuvo que desmontar el miedo que el adversario inculca a los empresarios, ofrecer garantías y seguridad jurídica a los inversores, y, sobre todo, apostar por eliminar la pobreza y la violencia que en 20 años de Arena no hizo más que aumentar.