Un año después de dejar el poder, Fidel Castro sigue siendo protagonista

EFE

INTERNACIONAL

Fidel Castro, de 82 años, convalece desde julio del 2006 de una enfermedad aún no desvelada oficialmente.

18 feb 2009 . Actualizado a las 18:31 h.

El líder cubano, Fidel Castro, cumple este jueves un año desde que anunció que no volvería a ser elegido presidente, pero mantiene un protagonismo renovado por sus continuos artículos sobre todo tipo de temas, que incluso han estado en el vértice de generar un conflicto diplomático.

Fidel Castro, de 82 años, convalece desde julio del 2006 de una enfermedad aún no desvelada oficialmente, que le llevó a anunciar en un artículo publicado el 19 de febrero del 2008 que renunciaba a ser designado de nuevo presidente del país.

Doce meses después, si la salud de Fidel Castro se puede medir por su actividad literaria, el ex presidente está en plena forma.

Los rumores sobre su empeoramiento, tras un silencio de algo más de un mes entre diciembre y enero, han quedado atrás ante el ritmo inusualmente alto al que el líder cubano escribe sus habituales artículos de «reflexiones», que siguen siendo publicados, leídos y repetidos en los medios oficiales.

Sólo en los últimos seis días Castro ha escrito cuatro artículos y no ha dudado en meterse de lleno en la controversia entre Chile y Bolivia por una salida al mar con la defensa de la postura de este último país.

Si la salud se mide por la cola que traen sus comentarios, también está en plena forma.

Al litigio marítimo andino le dedicó tres reflexiones en las que tuvo oportunidad de cargar contra la «oligarquía» chilena y, en especial, contra la ultraderechista Unión Democrática Independiente (UDI), que reaccionó airada.

El primero de los artículos apareció horas después de entrevistarse con la presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien no pudo disimular a su regreso a Santiago su molestia por la «injerencia» del ex presidente cubano en las relaciones entre Chile y Bolivia.

El episodio fue visto por observadores en La Habana como una «falta de sintonía» entre el líder cubano y la política exterior de su hermano y actual presidente, Raúl Castro, cuando las relaciones entre la isla y los países de América Latina atraviesan una nueva y renovada etapa.

Un capítulo similar ya se había producido cuando Fidel Castro respondió a la decisión de la Unión Europea de levantar definitivamente las sanciones diplomáticas a la isla en junio pasado, con un artículo en el que expresaba su «desprecio por la enorme hipocresía» del bloque.

«No soy ni seré nunca jefe de fracción o grupo. No puede deducirse, por tanto, que haya pugnas dentro del Partido. Escribo porque sigo luchando, y lo hago en nombre de las convicciones que defendí toda mi vida», dijo entonces, en respuesta a la polvareda que generaron sus palabras y la supuesta contradicción con su hermano.

En un año en que la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos marcó un cambio fundamental en el mapa de la política exterior cubana, la pluma de Fidel Castro tampoco ha dejado de criticar al nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Lo hizo durante la campaña electoral y desde finales de enero le ha dedicado cinco artículos en los que ha reiterado sus dudas sobre un presidente al que ha acusado este año de «compartir el genocidio contra los palestinos», y de «soberbia» y «abuso» por no devolver a su país la base naval de Guantánamo.

El ex presidente cubano ha comentado hasta las dudas que le generaba el apellido del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.

En lo que no ha sido prolífico en los últimos doce meses Fidel Castro ha sido en las imágenes.

Fidel Castro sólo ha aparecido en un vídeo, con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el presidente Raúl Castro, en junio pasado, y sus fotografías aparecen con cuentagotas cuando recibe a un dignatario extranjero.

El ex presidente se ha retratado con el ahora patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kiril Gundjaev, y los presidentes de China, Hu Jintao; de Argentina, Cristina Fernández, y de Chile.

Todas las fotografías fueron publicadas fuera de la isla, salvo la de Hu, que también fue difundida en Cuba, y en el caso de Bachelet hubo que esperar cinco días a que la prensa local las mostrara.

Castro ha señalado este año que está «bien», pero llamó a los dirigentes del país a no «sentirse comprometidos» por sus «eventuales Reflexiones», «gravedad» o «muerte».

«He reducido las Reflexiones, tal como me había propuesto para el presente año, a fin de no interferir ni estorbar a los compañeros del Partido y el Estado en las decisiones constantes que deben tomar frente a dificultades objetivas derivadas de la crisis económica mundial», señaló a final de enero.

El comentario se produjo semanas después de acompañar con un sonoro silencio la conmemoración del medio siglo de la revolución cubana, el pasado 1 de enero, día en el que mandó un mensaje de felicitación a los cubanos de apenas 16 palabras.