El Senado de Estados Unidos aprobó ayer a última hora el nombramiento de la ex senadora demócrata Hillary Clinton como nueva secretaria de Estado, por 94 votos a favor y dos en contra. Inmediatamente después de la votación, Clinton juró su nuevo cargo en una ceremonia privada en el Capitolio ante la jueza Kathleen Oberly.
El pasado martes, la Cámara alta había aplazado la decisión después de que el voto en contra del legislador republicano John Cornyn impidiera la confirmación del nombramiento por unanimidad. Cornyn alegaba que aún mantenía dudas sobre la idoneidad de Clinton para el puesto de jefa de la diplomacia estadounidense, dado que su esposo, el ex presidente Bill Clinton (1992-2000), encabeza una fundación que recibe donaciones del extranjero, algunas procedentes de varios Estados.
Durante el debate previo a la votación, la candidata había recibido el respaldo de algunos destacados senadores republicanos, entre ellos el rival del presidente Barack Obama en las elecciones, John McCain, y del republicano de más rango en el comité de Relaciones Exteriores, Richard Lugar.
Tanto republicanos como demócratas incidieron en la necesidad de confirmar lo más rápidamente posible a Clinton para que pueda hacerse cargo de la política exterior del país, con dos guerras abiertas, en Irak y Afganistán.
A pesar de las dificultades, el equipo de Obama no tenía ninguna duda de que Clinton sería confirmada. Incluso en la ceremonia de juramento de Obama el martes por la mañana en Washington, Hillary Clinton apareció muy sonriente y relajada al lado de su marido.
Antes de conocerse el hecho, el Departamento de Estado había limpiado su web de los inquilinos anteriores y había puesto la foto de la senadora, según informa Victoria Toro, corresponsal de La Voz. Toda referencia a Condoleezza Rice había desaparecido y solo podía verse a Clinton y un titular: «La secretaria designada propone el uso del poder inteligente».
Adiós al Senado
Para la ex senadora, el nombramiento representa un momento agridulce. Como secretaria de Estado, estará a cargo de perfilar la política exterior y tendrá mucha libertad para tomar decisiones. Pero también supone decir adiós a su carrera en el Senado, quizás a futuras aspiraciones presidenciales, y tener como jefe al que fue su acérrimo rival durante las primarias demócratas.
Clinton ha comenzado ya a seleccionar su equipo. Planea mantener al subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, William Burns. También designará a Kurt Campbell como responsable para Asia del Este y Pacífico. Richard Holbrooke, antiguo mediador en Bosnia, podría ser el enviado especial para Pakistán e India o Afganistán.
Otro hombre de confianza de Hillary podría ser Dennis Ross, el ex enviado especial a Oriente Medio.