Abás propone al movimiento radical un Gobierno de unidad para celebrar elecciones

Taïeb Mahjoub

INTERNACIONAL

20 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, tendió ayer la mano a Hamás, en una cumbre árabe en Kuwait en la que Arabia Saudí anunció una donación de 1.000 millones de dólares para la reconstrucción de la franja de Gaza.

Abás propuso a Hamás la formación de un Gobierno de «entente nacional» que organice elecciones legislativas y presidenciales simultáneas en Cisjordania y la franja de Gaza. «Lo que se necesita ahora es que todos los palestinos se unan para lograr un acuerdo», recalcó.

En aparente alusión a Irán, principal apoyo de Hamás, el monarca saudí hizo un llamamiento «a superar las divergencias políticas árabes que han conducido a divisiones interárabes». El rey saudí también lanzó un ultimátum a Israel para que acepte la oferta de paz que los países árabes propusieron en el 2002. «La propuesta árabe no estará mucho tiempo más sobre la mesa», amenazó el monarca.

Esta iniciativa ofrece a Israel la normalización de las relaciones con todos los países árabes a cambio de su retirada de los territorios que ocupó en la guerra de los Seis Días, en 1967.

En la «cumbre de solidaridad con el pueblo palestino de Gaza» participan la mayoría de los 22 países de la Liga, divididos en partidarios y adversarios de Hamás.

El emir de Kuwait, el jeque Sabah al-Ahmed Al-Sabah, invitó a sus pares a contribuir a «una confirmación del alto el fuego» y anunció una ayuda kuwaití de 34 millones de dólares a la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA).

«Israel, entidad terrorista»

El presidente sirio, Bachar al Assad, uno de los más fervientes defensores de Hamás, instó a los países árabes a dar «un apoyo claro e inequívoco a la resistencia palestina» y a «rechazar lo que cuestiona su legitimidad o la debilita».

El presidente sirio también propuso calificar a Israel de «entidad terrorista».

En otra aparente alusión a Irán, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, lamentó que ciertos países árabes hayan «explotado la tragedia de Gaza para infiltrar en el mundo árabe fuerzas extranjeras que aspiran a imponer su hegemonía y extender su influencia».