El ataque moviliza a los musulmanes y refuerza a los radicales

Anne-Beatrice Clasmann

INTERNACIONAL

30 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En lo militar, los ataques aéreos de Israel se limitan a la franja de Gaza, pero en lo político el Estado judío ha atizado un fuego que en los últimos tres días se extendió por todo Oriente Medio. Desde Turquía hasta Mauritania, diariamente manifestantes árabes protestan contra la agresión israelí. En Estambul se ha cancelado incluso una gran fiesta de fin de año.

En las más altas esferas políticas crece la rabia por la muerte de más de 300 palestinos en 48 horas, sobre todo en aquellos países de la región que mantienen relaciones con Israel. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó duramente la ofensiva sobre Gaza, antes de interrumpir su labor mediadora en el acuerdo de paz entre Israel y Siria.

En Jordania, incluso algunos parlamentarios fieles al Gobierno exigen la retirada del acuerdo de paz firmado en 1994 con Israel. En Kuwait, diputados islamistas instaron al Ejecutivo a declarar al presidente palestino, Mahmud Abás, persona non grata en el país, porque le acusan de «conspirar» con Israel «en la masacre de Gaza», que no es «otra cosa que la preparación del regreso de los servicios secretos de Abás a la franja».

Egipto y su «complicidad»

Especialmente en la cuerda floja se encuentra el presidente egipcio, Hosni Mubarak, al que muchos árabes lo consideran cómplice de Israel al reunirse con la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, un día antes de la ofensiva y por cerrar los pasos fronterizos entre la franja y Egipto -solo pueden cruzarlos los heridos-.

Los egipcios no deben obligar a Hamás a aceptar «un acuerdo de paz denigrante», advirtió el secretario general de Hezbolá, movimiento chií libanés apoyado por Irán. «Mubarak, traidor», coreaban los manifestantes en Siria. Y en El Cairo, los Hermanos Musulmanes aprovechaban la ira colectiva para presionar al Gobierno de Mubarak.

«Abre la puerta a la guerra santa», gritaron los manifestantes en El Cairo y Saná (Yemen). Y como cuando los canales de noticias árabes muestran los cadáveres de palestinos es peligroso contradecir a los radicales, el Estado deja hacer por una vez. En los foros islamistas de Internet circulan nuevas fatuas de líderes religiosos que legitiman los ataques contra intereses israelíes fuera de Israel.

Una agencia iraní anunciaba que unos siete mil estudiantes basiyíes de las universidades de Isfahán, en el centro de Irán, se han alistado para participar en ataques suicidas contra Israel.

Los comentaristas árabes no solo culpan a Israel de la escalada de la violencia. El diario egipcio Al Ahram , leal al Gobierno, lamenta la «barbárica masacre» en la franja, pero critica al mismo tiempo a Hamás, que «no tuvo en cuenta las advertencias de Egipto». También el diario árabe Al Sharq Al Aswat , cercano a la dinastía saudí, llama a Hamás a que de una vez acabe con el conflicto.