La venganza judicial contra el ex primer ministro De Villepin

La Voz

INTERNACIONAL

26 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La pesadilla del ex primer ministro francés Dominique de Villepin empezó justo cuando se sentía renacer a la política: no aparecían indicios de delito en el caso Clearstream, la entidad financiera de Luxemburgo en la que se dijo que Sarkozy y otros políticos tenían cuentas y estaban relacionados con una venta de fragatas a Taiwán en la que se habrían pagado sobornos. Y el nombre de De Villepin empezaba a circular como ministrable en tiempos de crisis. El jarro de agua fría llegó el pasado día 7 cuando, contra todo pronóstico, la acusación pidió un juicio penal con un cargo sin precedentes, «complicidad en denuncia calumniosa», que puede costarle a De Villepin hasta cinco años de cárcel, el precio por haber intentado frenar la carrera presidencial de su contrincante en el partido, Nicolas Sarkozy, al implicar a este en un presunto cobro de sobornos.

Dos días después salieron a la luz las notas de Yves Bertrand, ex director de los servicios de Información. Muchos lo señalan ahora como figura clave de aquella conspiración que habría inspirado el mismísimo Jacques Chirac.

Vida privada

Nicolas Sarkozy reaccionó con una fulminante denuncia ante las cosas que decían las agendas personales de Bertrand sobre su vida privada: habría construido «en negro» su casa de Sartrouville, habría recibido dinero de determinadas dictaduras africanas, se habría acostado con la mujer de un diputado que ahora es ministro, su ex Cecilia sería una «juerguista»?

De Villepin no oculta su «cólera» y apunta a las presiones de su triunfante rival como origen de la nueva rectificación fiscal. Bertrand, por su parte, se dice «víctima colateral de un ajuste político de cuentas».