Bush insta a Oriente Medio a oponerse a las «ambiciones nucleares de Irán»

Efe

INTERNACIONAL

El presidente de Estados Unidos ha recabado el apoyo contra Irán de aliados clave en la región como el rey saudí, Abdulá Bin Abdelaziz.

18 may 2008 . Actualizado a las 15:00 h.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instará hoy a los países de Oriente Medio a que se opongan a las «ambiciones nucleares de Irán» y a que ayuden al Gobierno libanés frente al grupo chií Hezbolá.

Bush ofrecerá esta tarde un discurso de inauguración del Foro Económico Mundial en Sharm el Sheij, que ya ha sido filtrado por la Casa Blanca a los medios de comunicación.

«Todas las naciones pacíficas de la región tienen interés en oponerse a las ambiciones nucleares de Irán. Permitir que el principal patrocinador del terror del mundo consiga el arma más mortífera sería una traición imperdonable a las generaciones futuras», recoge la alocución de Bush.

«En el nombre de la paz, el mundo no debe permitir a Irán que tenga un arma nuclear», dirá el presidente de Estados Unidos.

Bush ha recabado en su gira por Oriente Medio el apoyo contra Irán de aliados clave en la región como el rey saudí, Abdulá Bin Abdelaziz.

En su discurso, el inquilino de la Casa Blanca también arremeterá contra otros enemigos «tradicionales» de su administración en la región.

«Al Qaida, (el grupo chií libanés) Hezbolá y (el movimiento islamista palestino) Hamás serán derrotados, ya que los musulmanes en toda la región reconocen el vacío de la visión terrorista y la injusticia de su causa», dice la alocución.

Bush renovará su apoyo al Gobierno del primer ministro libanés, Fuad Siniora, frente a «los terroristas de Hezbolá, que recientemente revelaron sus verdaderas intenciones levantándose en armas contra el pueblo libanés».

Para el presidente de Estados Unidos, está «más claro que nunca» que las milicias de Hezbolá son el enemigo de un Líbano libre y «todas las naciones, especialmente los vecinos de la región, tienen interés en ayudar al pueblo libanés».

La semana pasada, los seguidores de Hezbolá tomaron por la fuerza las calles de Beirut oeste y mantuvieron duros enfrentamientos con los miembros de la mayoría anti-siria, que se saldaron con más de 65 muertos y cientos de heridos y que terminaron con un gobierno más debilitado que nunca, que tuvo que revocar dos decisiones contrarias a los intereses de Hezbolá.