«La embajada solo me ofrece escolta hasta la frontera siria»

INTERNACIONAL

13 may 2008 . Actualizado a las 13:46 h.

Preciosa Bouzas quería olvidar la pesadilla que vivió como una de las víctimas del osteópata Coté pasando diez días en Beirut en casa de una amiga, pero el viaje se ha convertido en otro mal sueño. Esta coruñesa atrapada por los combates se queja de que la embajada española solo le ofrece escolta hasta la frontera con Siria y que allí «me busque la vida».

«No habló inglés, y si no tengo suficiente dinero no les importa [al personal de la embajada], es mi problema; me puedo morir por el camino que a ellos les da igual», afirma por teléfono desde Beirut. Además, asegura que ni siquiera le garantizan que tenga en Damasco un vuelo para regresar a casa; tal como está la situación, «los billetes están a la merced de los especuladores». Su única opción es salir en barco hacia Chipre desde Trípoli, una solución no exenta de peligro y coste.

Llegó a Beirut el día 18 de abril -en un viaje que le regaló su hija con motivo del Día de la Madre- y pensaba regresar el pasado miércoles, justo el día en que estallaron los combates entre los milicianos de Hezbolá y los seguidores de los partidos suníes antisirios. El aeropuerto internacional fue uno de los primeros puntos neurálgicos tomados por los islamistas y desde entonces permanece cerrado.

Cancelaciones

«Tenía un vuelo con Lufthansa, vía Fráncfort, pero se anuló porque el aeropuerto estaba cerrado. Reservé otro para el día siguiente, pero la cosa fue a peor, la aerolínea alemana incluso ha cerrado su oficina en Beirut», explica Bouzas, que está a punto de cumplir 51 años. «Entonces avisé a la embajada de que si en dos o tres días no abrían el aeropuerto, me avisaran si evacuaban a los españoles del país». Cuando se enteró de que la tenista pontevedresa Lourdes Domínguez y sus compañeras Marta Marrero y Eva Fernández habían sido escoltadas este fin de semana hasta Damasco, se le acabó la paciencia.

Desde el miércoles, afirma, la legación le envió mensajes por móvil para avisarla de que no fuera a una u otra zona, pero «nunca recibí ninguna llamada -se queja-, así que hoy [por ayer] me presenté en la embajada exigiendo que me dieran una solución para salir del país».

La primera respuesta fue que su amiga -una española casada con un libanés- se hiciera cargo de ella. Y la segunda, que cogiera un taxi y sería escoltada por dos personas hasta la frontera con Siria, ya que no se ha activado un plan de evacuación. «Me trataron como pura basura y el Estado español tiene que hacerse cargo de mi», se lamenta. «Como va a coger un autobús en la frontera sin saber que le va a pasar», denuncia desde Oleiros su hija Eva.

La embajada se excusa en que en su página de Internet aconseja no viajar a Beirut. Sin embargo, Bouzas señala que en la agencia donde reservó el viaje no le dijeron nada.

La coruñesa ha decidido buscarse la vida y ha conseguido, a cambios de 1.500 euros, en viaje en barco -«más que barco es un chatarra», asegura-salir mañana a las 12.00 horas con destino a Chipre. Allí tomará un avión a Madrid vía Múnich. Pero la salida es desde Trípoli, donde ayer se repitieron combates, y todavía no es seguro que parta la embarcación. «Me han dicho que llame mañana [por hoy], pero pueden cambiar de idea si alguien les ofrece más dinero», explica.

«Deseaba desestresarme tras una pesadilla de nueve meses y mira. Mi vida no es un libro, es una colección de libros», se lamenta Preciosa Bouzas.