Los combates en el norte y sureste del Líbano rompen el alto el fuego

Katy Seleme

INTERNACIONAL

La localidad de Trípoli permanecía en calma tras los combates, que dejaron al menos un muerto

12 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Pese al acuerdo no escrito de alto el fuego que posibilitó la vuelta a la calma en Beirut y el despliegue del Ejército a lo largo del Líbano, ayer estallaron nuevos combates en Trípoli, norte del país, y en zonas drusas próximas a la capital. El balance de víctimas es de al menos 42 muertos y 164 heridos desde que estalló la crisis hace cinco días.

Los enfrentamientos con artillería pesada entre los partidarios de la mayoría parlamentaria y los de la oposición, liderada por el grupo chií Hezbolá, se centraban en las cercanías de Aley, una región de mayoría drusa del monte Líbano, sin que se informara de víctimas

Según los medios libaneses, milicianos chiíes se enfrentaron a partidarios del líder druso, Walid Yumblat, miembro de la mayoría parlamentaria antisiria, en las localidades de Aitat, Kayfun, Baisun, Maite y en Chueifat. La cadena Al Yazira mostró escenas de intensos tiroteos en Chueifat y columnas de humo en varios lugares de esta montaña, sin que fuera posible identificar a los contendientes. El líder druso pidió a Hezbolá y a su jefe, jeque Hasán Nasralá, que no haya agresiones contra los civiles en la montaña. «La venganza no tiene sentido porque puede dejar consecuencias», dijo.

A última hora, camiones del Ejército penetraron en la ciudad de Aley, sin que cesara el fuego cruzado. Mientras, el Consejo de Ministros se reunía de urgencia para estudiar este nuevo rebrote de violencia.

Hezbolá se impone

Yumblat está estrechamente aliado al primer ministro Fuad Siniora y al jefe de la mayoría parlamentaria, Saad Hariri, y tanto él como Hariri han sacado estos pasados días a sus milicias a las calles para contrarrestar la presencia de las milicias de Hezbolá, pero estas últimas se han impuesto con claridad.

Estos combates del sureste estallaron después de que cesaran en Trípoli, la segunda ciudad del Líbano, donde se desarrollaron enfrentamientos entre la noche del sábado y la mañana de ayer. Según fuentes policiales, los combates, que causaron la muerte de una mujer, estallaron entre seguidores del líder suní Saad Hariri, uno de los principales dirigentes de la mayoría, y miembros del opositor Partido Demócrata Árabe, que está integrado mayoritariamente por alauíes (una rama del chiismo). «Me parece que la cabeza me va a explotar por la tensión de estos días, no he salido a ninguna parte, hemos estado todo el tiempo en casa», explicó la española Teresa Garrido, profesora del Instituto Cervantes en Trípoli, residente en el barrio de El Mina, donde hubo enfrentamientos.

Los ministros de Exteriores árabes hicieron ayer un «llamamiento urgente al fin inmediato de la violencia» durante una reunión extraordinaria de la Liga Árabe en El Cairo.