Las entidades rurales argentinas decidieron levantar provisionalmente la huelga que había cerrado las rutas al transporte de alimentos desde hace 16 días y aceptar el ofrecimiento del Gobierno para abrir una mesa de negociaciones.
El discurso que el jueves por la noche dio la presidenta Cristina Fernández convocando al diálogo si se levantaban las medidas de fuerza generó repercusiones a uno y otro lado del conflicto de los sectores productivos del campo con el oficialismo, que no tardó en salir a respaldar las acciones del Gobierno, y en el agro, que todavía no consigue flexibilizar todas las medidas de fuerza, en especial entre los sectores más radicales, que exigen un gesto más concreto de la presidenta.
Los máximos dirigentes de la Federación Agraria Argentina, las Confederaciones Rurales Argentinas, la Sociedad Rural Argentina y Confederación Intercooperativa Agropecuaria, las cuatro entidades que declararon una huelga general por tiempo indeterminado y que se prolongó 16 días, se reunieron ayer durante más de diez horas para destrabar el conflicto y definir el temario para sentarse a negociar con el Gobierno.
Mientras, los cortes de rutas se fueron levantando lentamente a lo largo de la jornada. El piquete que impide el paso de camiones sobre la ruta 14, llamada del Mercosur, uno de los más duros, se mantiene en asamblea permanente, y anunció que suspendía la medida de fuerza durante algunas horas hasta recibir alguna propuesta más concreta del Ejecutivo.
Algunos dirigentes reconocen que solo la mitad de los productores están respetando sus directivas y que únicamente el Gobierno puede convencerlos de que depongan su actitud.
Desde la casa de Gobierno se siguió minuto a minuto lo que sucedía en las carreteras y esperaron hasta la tarde la comunicación oficial del agro para instrumentar la reunión que, en un primer término, sería entre el jefe de gabinete, Alberto Fernández; el ministro de Economía y autor del decreto que aumentó las retenciones a las exportaciones, Martín Lousteau, y los dirigentes rurales.
No obstante, las principales voces de ambas partes admiten que la situación es otra tras los primeros contactos telefónicos que mantuvieron en la mañana de ayer los dirigentes del agro con los ministros que regulan el sector.