Manifestaciones convocadas en Beirut contra los cortes de electricidad y la carestía de la vida derivaron ayer en violentos choques con las fuerzas de seguridad en el barrio chií de Chyeh, en el sur de Beirut, y dejaron siete muertos y numerosos heridos, en un país sumido en una grave crisis política. A lo largo del día los enfrentamientos se extendieron a otros puntos del Líbano.
Los enfrentamientos se producen en un contexto de tensión por la puja para el reparto de poder entre la mayoría antisiria y la oposición, respaldada por Siria e Irán. Según un responsable del movimiento Amal, «cuatro miembros del Hezbolá, uno de Amal, un socorrista y un civil murieron en las manifestaciones». Amal y Hezbolá son dos pilares de la oposición.
Uno los fallecidos es Ahmed Hasán Hamze, responsable de Amal en el barrio beirutí de Haj Mohawad, que murió de camino a un hospital cercano tras recibir el disparo de un francotirador cuando mediaba para calmar la situación. Yusef Shuker, de 17 años, es otra de las víctimas mortales, aunque su familia no especificó si este participaba en las manifestaciones o si resultó abatido por casualidad.
En nombre de su grupo y de Hezbolá, el diputado de Amal Alí Hasán al Jalil instó a sus partidarios a que se retiren de las calles y dejen el control de la seguridad al Ejército.
Sin embargo, los disturbios se propagaron a otros lugares del Líbano y grupos descontrolados quemaron neumáticos y levantaron barricadas en la carretera entre Sidón y Tiro (sur) y en la región de Baalbek (este).
Según el ministro de Juventud y Deportes, Ahmed Sapsap, «los manifestantes están aprovechando causas socioeconómicas para obtener ventajas políticas», en referencia al apoyo de la comunidad chií a los partidos de la oposición.
Los incidentes comenzaron hacia las 16.00 hora local (una menos en España) en el sector de la iglesia Mar Mikhael, en el barrio de Chyeh, cuando un grupo de jóvenes empezaron a quemar neumáticos para bloquear el tráfico y a apedrearon a los soldados.
Dos hombres armados abrieron fuego contra soldados que habían disparado al aire para dispersar a los manifestantes, y que repelieron la agresión, según refirieron testigos.