La guerra fría se instala entre Londres y Moscú

I. A.

INTERNACIONAL

14 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Era difícil, sino imposible, prever que el envenenado de Alexánder Litvinenko al más clásico estilo del espionaje novelesco, hace ya más de trece meses, pudiera conducir a Londres y Moscú a una de sus peores etapas en las relaciones diplomáticas de los últimos tiempos. Un desencuentro solo comparable con los primeros años de la década de los ochenta, cuando los dos países vivieron uno de sus puntos más enrarecidos de la guerra fría entre Occidente y la URSS.

En mayo pasado, Scotland Yard, tras varios meses de investigar la muerte de Litvinenko, con la colaboración del MI6, llegó a la conclusión de que el principal sospechoso era otro ex agente del KGB: Andréi Lugovói. Londres pidió su extradición y Moscú se la negó en venganza por la negativa británica a extraditar a Moscú al magnate ruso opositor a Putin, Boris Berezovski, y al representante de los independentistas chechenos, Ahmed Zakayev.

Expulsión de diplomáticos

En respuesta, el ministro de Exteriores británico, David Miliband, anunció en julio la expulsión de cuatro diplomáticos rusos sin explicar el motivo. El Kremlin respondió expulsando a su vez a cuatro diplomáticos destinados en la Embajada de Londres en Moscú.

Desde el verano, las relaciones entre los dos países no han mejorado, en todo caso se han deteriorado y separado aún más. En octubre, Londres enfureció de nuevo a Moscú al condecorar durante el cumpleaños oficial de la reina Isabel II a Oleg Gordievsky, el espía ruso más famoso de todos los que han desertado del KGB. Moscú respondió condecorando a George Black, un espía inglés que abandonó el MI6 y se pasó al lado ruso.

El pasado 5 de noviembre, el director del MI5, Jonathan Evans, acusó públicamente a Rusia de espiar al Reino Unido, en un momento en el que el espionaje británico debería de centrarse en la detección de operaciones de Al Qaida en su territorio. De hecho la cooperación antiterrorista rusobritánica es nula, y las sospechas de espionaje entre los dos países está en los niveles de hace 25 años.