El PP acusa a Moratinos de no hacerse respetar por Venezuela

Ramón Gorriarán

INTERNACIONAL

22 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El salón de plenos del Congreso en la sesión de control al Gobierno español se convirtió ayer en un duro cruce dialéctico en el terreno internacional a raíz del incidente entre el Rey y el presidente venezolano, Hugo Chávez, en la Cumbre Iberoamericana de Chile.

El PP preguntó a la vicepresidenta y al ministro de Asuntos Exteriores sobre el asunto, y Ángel Acebes acusó al Ejecutivo de practicar una diplomacia que ha llevado a «no haberse hecho respetar» por el gobernante venezolano, que ahora «está crecido y dice barbaridades».

El dirigente opositor señaló que por ese camino será España la que «acabará pidiendo perdón a Chávez». Eduardo Zaplana tomó el relevo para resaltar las, a su juicio, carencias de Miguel Ángel Moratinos, que han motivado que María Teresa Fernández de la Vega coordine la política exterior.

«Pies en la mesa»

La vicepresidenta defendió al titular de Exteriores y alabó su estrategia internacional, muy alejada de «la grandilocuencia, prepotencia y vocinglería» practicada, en su opinión, por el PP cuando gobernó, y cuyo mejor exponente fue «la diplomacia de pies en la mesa y acento tejano» de José María Aznar. Sostuvo que ahora la presencia de España en el mundo «es mayor», es «una voz más respetada» y es un «país de referencia para políticas de paz y cooperación».

Fernández de la Vega recordó, además, a Zaplana que el Consejo de Política Exterior, que ella preside, no es un invento del actual Gobierno sino que fue creado por Aznar en el 2000.

Las soflamas subieron de tono con los diputados populares Jorge Moragas y José Ignacio Echaniz. El primero acusó a Moratinos de ser «el responsable de haber colocado en la diana de Chávez a las instituciones españolas», en alusión a la denuncia del titular de Exteriores de que el Gobierno de Aznar apoyó el golpe de Estado contra el presidente venezolano en el 2002. Moragas exigió al ministro que «no se agusane ante las bravuconadas y las infamias» del presidente venezolano y no se parapete en el silencio, como hizo cuando el gobernante latinoamericano tachó de «excremento» a Rajoy.

Echaniz, a su vez, reclamó a Moratinos que «deje de hacer el ridículo», cambie «el aspecto de buda feliz», deje ser «el hazmerreír de Europa» y corrija «la más torpe política exterior» que ha tenido España.

El jefe de la diplomacia no quiso ahondar en el incidente de Chile, se limitó a defender «la firmeza» de España en el rifirrafe y contrastó el gesto del ex jefe del Gobierno de llamar a Rodríguez Zapatero para agradecer su respuesta al presidente venezolano con la reacción de otros dirigentes del PP que «son más aznaristas que Aznar». Moratinos sostuvo que la Cumbre Iberoamericana fue «un éxito» porque hubo acuerdos concretos, e indicó que la mejor prueba de que España es un país «relevante» es que ha sido invitada por EE.?UU. a la conferencia de paz sobre Oriente Medio que se celebrará en Annápolis.