Argentina se mira en el espejo de Santa Fe

Arturo Lezcano G.

INTERNACIONAL

La provincia refleja la prosperidad de las exportaciones de la soja mientras vota por los socialistas, una opción con éxito en Rosario pero sin precedentes en el país

27 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

En el monumento nacional a la bandera, en Rosario, los visitantes entran por una puerta coronada por un dintel en el que figura la sentencia «El ideal» y salen por otra que reza «La gloria». A través del ideal se llega a la gloria, lema romántico que suena extraño en un país despabilado a golpes de realidad. La misma que dio una sacudida con las apocalípticas inundaciones del 2003, dos años después del crash económico que asoló el país, pero que ahora presenta a esa rica provincia, y en especial a su principal ciudad, Rosario, como espejo de la Argentina: prosperidad productiva, recuperación de inversiones y exportaciones récord gracias, sobre todo, al llamado «oro verde», la soja.

Del mismo modo, también permanece la sempiterna desigualdad social y económica. Algo así como el país metido en una provincia, con una salvedad que distorsiona la imagen en la que se mira la nación que mañana elige presidente: en Rosario, y ahora también en la provincia de Santa Fe, gobierna el partido socialista, una tendencia que nunca ha sido protagonista central de la política argentina.

En diciembre tomará posesión como gobernador de la provincia Hermes Binner, que se convertirá en el primer socialista que consigue tal cargo en el global del país, después de quince años como alcalde de Rosario, donde ahora manda su sucesor, Miguel Lifschitz.

Ahí se entiende la influencia de la ciudad en la provincia. Si el país austral era considerado el granero del mundo, Santa Fe es el granero de Argentina y Rosario su centro neurálgico. De su puerto fluvial, sobre el río Paraná, sale el 80% de las más de 90 millones de toneladas de grano que se exportan desde Argentina.

La ciudad y sus alrededores se han erigido como el polo industrial necesario para desarrollar el potencial agrícola y ganadero de la región.

Recuperación económica

La recuperación económica desde el 2001 es palpable en las inversiones, más de 2.500 millones de dólares en la última década, y en las cifras exportadoras.

«Rosario es como esa persona que está en el lugar ideal en el momento justo», dice Ana Inés Navarro, de la Universidad Austral de Rosario. No sólo por el puerto y por ser nudo de comunicaciones en la ruta del Mercosur, sino porque es una de las grandes beneficiadas del alto precio de las materias primas agrícolas en los mercados internacionales.

Gracias a ello, Santa Fe y Rosario viven un bum exportador que aporta beneficios ingentes inmediatos, aun con recelos: «Hacen falta más inversiones para que no se siga incrementando las posibilidades de vivir más crisis energéticas», apunta Claudia Borguignon, del equipo del socialista santafesino Rubén Giustiniani.

«Las diferencias sociales siguen siendo grandísimas a pesar del buen momento económico. Hay muchos ricos y muchos niños pidiendo en la calle», denuncia la gestora turística Fernanda Martínez.

Hablar de Santa Fe es hablar de socialismo, pero también de sojalismo , neologismo que aparece en pintadas por Rosario adelante y que pretende denunciar el abuso del cultivo y el proceso de oleaginosas, que a la larga arruinan el suelo y desplazan a los pequeños productores, según sus detractores.

Sin embargo, a día de hoy son sinónimo de éxito, lo que permite encarar con buenas perspectivas los próximos años: «No hay motivos para pensar que van a bajar los precios de las materias primas. Entre la demanda de China y la India y el auge de los biocombustibles, la producción y exportación de soja está asegurada para los próximos años», concluye Navarro.

Por eso tampoco se atiende mucho al resultado de las elecciones: «Sabemos lo que va a pasar y quién va a ganar, pero en este caso la ola es tan grande que no influye en nuestro presente».

Medidas innovadoras

El presente pasa por una provincia y una ciudad bajo el socialismo a la argentina, de raíz más intelectual que obrera, que en Rosario mantiene una gestión volcada hacia la cultura y la educación, y que en su día implementó medidas innovadoras, como el presupuesto participativo, en el que los vecinos votan las inversiones y las recaudaciones.

Desde sus filas inflan el pecho: «Si llevamos dieciocho años gobernando Rosario es porque hemos demostrado que se puede gobernar con capacidad y sin ninguna denuncia de corrupción, y eso la gente lo valora, y lo valorará más», asegura Borguignon.

No son pocos los que apuntan que en el año 2011 los socialistas se podrían abrir camino en la carrera presidencial. De nuevo, con Santa Fe en el espejo.