Para la gran mayoría de los argentinos, la noticia del mes es el tercer puesto de los Pumas (la selección de rugby), mientras las elecciones se acercan sin pena ni gloria. Seis años después del «Que se vayan todos» cantado al unísono durante el estallido social de la crisis del 2001, los nombres, sin embargo, permanecen. Solo hay que echar un ojo a los candidatos de la oposición, una amalgama que con su fragmentación no ha hecho sino ponerle la alfombra roja a Cristina.
La opción más firme anti Kirchner parece la de Mauricio Macri, que sin embargo se presentó a las elecciones municipales, ganó la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y hasta el 2011 no podrá presentar su candidatura a la Casa Rosada.
Según las encuestas, la más cercana en intención de voto a la esposa de Kirchner es Elisa Carrió, pero se mueve en un arco de entre un 18 y un 22%. Son cifras paupérrimas que sin embargo no hacen modificar su rumbo ni un centímetro a esta otra política visceral y profundamente crítica con el Gobierno. Aliada del partido socialista, Carrió acusa de corrupto al Ejecutivo y busca la fidelidad de un electorado que ya le dio más de tres millones de votos en su primera presentación como candidata. Si llega, será protagonista de una segunda vuelta netamente femenina, en un país donde, de ser posible, solo uno de cada tres electores votarían a una mujer, según una encuesta reciente.
El economista Lavagna
Con tono más académico se presenta Roberto Lavagna, ex ministro de economía con Kirchner y considerado artífice de la recuperación post 2001. Acompañado por el aparato de la Unión Cívica Radical, aunque él se dice peronista, Lavagna promete luchar contra la inflación y darle una base a la economía argentina. Las encuestas le dan entre un 12 y un 18%.
Además de Carrió y Lavagna se presentan otros ocho candidatos, la mayoría desconocidos a alto nivel, pero con experiencia electoral. Quien no se escapa de la atención son dos políticos con trayectorias dilatadas, y que son la cuarta y quinta opción de los votantes: el liberal Ricardo López Murphy y el peronista Alberto Rodríguez Saa. Aunque sea para mejorar números, todos los opositores confían en ese 10% del electorado que sigue indeciso ante la cita del domingo.