Margaret Thatcher vuelve a Downing Street

Efe

INTERNACIONAL

Diecisiete años después de dejar el cargo de jefe del Gobierno británico, la «dama de hierro» volvió para tomar el té con Gordon Brown.

13 sep 2007 . Actualizado a las 22:08 h.

Diecisiete años después de abandonar Downing Street, la baronesa Margaret Thatcher volvió hoy a la residencia oficial del jefe del Gobierno británico para tomar el té con el actual inquilino, el laborista Gordon Brown.

Con aspecto frágil pero sonriente, la «dama de hierro», de 81 años y ataviada con un vestido rosa, fue recibida por el primer ministro con un cálido apretón de manos frente a la famosa puerta del número 10, y ambos posaron para la prensa gráfica. La ex jefa de Gobierno conservadora, que dirigió el país entre 1979 y 1990, fue invitada por el líder laborista tras un intercambio de cartas pocos días después de que Brown sucediera a Tony Blair como primer ministro el pasado 27 de junio.

Brown, acompañado de su esposa, Sarah, cumplió con la muy inglesa costumbre de tomar el té con la baronesa, quien, paradójicamente, es una de las figuras políticas más criticadas por el Laborismo. Después, el mandatario y su invitada hablaron de política en el despacho del primer ministro, todavía conocida como «habitación Thatcher» debido a que allí trabajaba hasta altas horas de la noche la «dama de hierro» cuando gobernaba la nación.

La visita se produjo después de que Brown sorprendiera a propios y extraños al expresar a principios de mes su admiración por Thatcher, a la que definió como un «político de convicción» que «vio la necesidad de cambio» en el Reino Unido.

El generoso e inusual tributo dejó pasmados a algunos expertos que todavía recuerdan a Brown como uno de los más mordaces críticos de la «dama de hierro», quien -por cierto- se ha declarado «encantada» de las loas del líder laborista. El aparente afecto que el primer ministro profesa en público hacia Thatcher es visto por muchos comentaristas políticos de este país como un intento de desacreditar al jefe del Partido Conservador, el modernizador David Cameron.

Recientemente, Cameron ha sido acusado por el ex presidente «tory» Michael Ancram de enterrar el pasado «thatcherista» de la formación en su afán por situar al partido en el centro político para hacerlo electoralmente más atractivo. Con todo, un portavoz de los conservadores comentó hoy que el partido se siente sobre el encuentro de Brown y Thatcher y recordó que Tony Blair ya hizo lo mismo cuando accedió a la jefatura del Gobierno en 1997.

Por su parte, Liam Fox, responsable «tory» de Defensa, dijo con cierta sorna que espera que el «premier» laborista «aprenda algo de un primer ministro conservador muy exitoso».

Pero no parece que este cortejo políticamente «contra natura» vaya a caer muy bien entre militantes laboristas y sindicalistas. Así, el secretario general del sindicato GMB, Paul Kenny, tildó la reunión de hoy de «error político que le costará credibilidad al Partido Laborista entre sus votantes más fieles».

Además, la visita de Thatcher coincidió con el anuncio de que el laborismo ha concedido un contrato publicitario a la agencia Saatchi & Saatchi, famosa por haber ayudado a la ex primera ministra a llegar al poder en 1979.

Sea como fuere, la baronesa salió de Downing Street dos horas después, sonriente de nuevo, con un ramo de flores en la mano y flanqueada por el primer ministro y su esposa, que la despidieron mientras subía a un elegante Bentley. No es de extrañar, pues, que un periodista le preguntara a voz en cuello a Margaret Thatcher: «¿Es Gordon Brown su sucesor?».