Amalia y María José R. D despegaron el pasado lunes de Cancún, minutos antes de que se cerrara el tráfico aéreo en el aeropuerto. Las dos hermanas coruñesas, que estaban de vacaciones en la Rivera Maya desde el pasado 16 de agosto, aterrizaron ayer por la tarde en Alvedro procedentes de México D. F. «Sabíamos que si despegaba nuestro avión era por los pelos, porque en el aeropuerto estaban todas las pantallas tapadas, casi no nos registraron, lo único que querían era sacar a la gente cuanto antes», comenta María José.
El miedo no se apoderó de ellas en ningún momento, «sabíamos que estábamos protegidas», era más la «preocupación de saber como íbamos a salir si llegaba el huracán, porque desde el aeropuerto nos aseguraban que no había ningún hueco, pero el hotel nos decía que los turistas seríamos los primeros».
Estaba previsto que el huracán pasara por la Riviera Maya el lunes, sin embargo las advertencias eran máximas los días previos. «Si mirabas al cielo veías nubes o viento, pero como los días anteriores, pero el personal del hotel estaba muy nervioso, desde el domingo que empezaron a recoger, las tiendas estaban cerradas y el lunes ya había bandera negra en la playa», señala una de ellas. «La gente transportaba maderas en la cabeza porque estaban empezando a tapiar todos los establecimientos, los precios se elevaron pensando en que había que comprar provisiones», apunta María José.