Xanana Gusmao jura el cargo de primer ministro en medio de las protestas

EFE DILI

INTERNACIONAL

Los actos violentos ha dejado dieciocho heridos en la capital y otras ciudades.

08 ago 2007 . Actualizado a las 14:12 h.

El guerrillero que se transformó en el primer presidente de Timor Oriental tras la independencia, Xanana Gusmao, prestó hoy juramento como primer ministro, mientras siguen las protestas en la capital y otras ciudades por su nombramiento.

La violencia, con doce civiles y seis miembros de la Policía de la ONU (UNPol) heridos, empañó la toma de posesión de Gusmao y sus promesas de dar prioridad a la seguridad y a conseguir que la población recobre la confianza en los órganos e instituciones del Estado.

«Nos comprometemos a corto plazo a consolidar la seguridad en Dili y el resto del país, a garantizar el regreso a sus hogares a los que siguen viviendo en una situación de grave crisis humanitaria en campamentos de refugiados utilizando los medios necesarios para restablecer sus vidas», dijo Gusmao.

El nuevo jefe del Gobierno se refería a las decenas de miles de personas, de las 150.000 refugiadas durante la violencia que recorrió principalmente Dili entre abril y mayo de 2006, que se niegan a volver a sus hogares a causa de la inestabilidad reinante.

«Este Gobierno ha sido concebido con la idea de cambiar el presente y el futuro inmediato a través de una reforma radical que movilizará a todos los timoreses con el propósito compartido de desarrollar la nación y la intención compartida de mejorar las vidas de la población», añadió Gusmao.

Las promesas del nuevo primer ministro no consiguieron esta vez la misma aceptación que hace cinco años, cuando Gusmao ganó las elecciones presidenciales con una mayoría aplastante y juró entre el clamor de su pueblo como primer Jefe de Estado de la República Democrática de Timor Oriental, proclamada el 20 de mayo de 2002.

La portavoz de UNPol, Kiedma Mascarinhas, confirmó que tres agentes del cuerpo resultaron heridos leves hoy en Dili, y que otros tres sufrieron heridas la víspera por las piedras arrojadas en los disturbios en Baucau, la segunda ciudad del país a unos 120 kilómetros al este de la capital.